TIANNAMEN

A vosotros que camináis por el sendero de la verdad, amigos, yo os saludo:

Son muchos los villanos que se duermen en la placidez de su astucia por estar en el secreto de una de las fórmulas mágicas del poder, la cual llevó a la categoría de arte el dirigente del Partido Nacional Socialista Joseph Goebbels: Una mentira mil veces repetida puede cobrar apariencia de verdad.

La aplicación de tan vil instrumento propagandístico ha funcionado a la perfección en lo que se refiere al largo camino recorrido por la humanidad hasta conseguir un espacio de libertad adecuado a la dignidad del ser humano. Las conquistas de las libertades, así como de los derechos civiles y políticos e incluso de los derechos sociales pasa hoy en día por ser un logro una realización de la izquierda y sus manifestaciones históricas, socialismo y comunismo, hasta el extremo que, defender que son fruto y consecuencia del pensamiento liberal te sitúa en la condición de envenenador reaccionario.

Y sin embargo la Historia, testaruda, se empeña en llevar la contraria a la verdad progresista establecida, de pesebre e ignorancia.
Europa había sufrido el siglo más cruel, se desangraba devorándose a sí misma por las Guerras de Religión. Es en este contexto en el que aparece uno de los textos fundamentales en el devenir del pensamiento humano: Carta sobre la tolerancia, de John Locke, quien en pocas y exquisitas páginas declarará de una vez y para siempre la necesidad y la urgencia de la libertad de creencias y de culto para una vida feliz y digna. Pronto le secundaría el más noble y amable de todos los filósofos, Baruch Spinoza quien extraería de manera irrefutable todos los corolarios de esta matriz: libertad de pensamiento, libertad de expresión, libertad de manifestación,... todas ellas necesarias en una sociedad que se quiere justa.

La Revolución Francesa, revolución liberal, no hace más que aplicar los principios de los padres del liberalismo, sancionándolos como ley en la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789, a su vez inspirada en la Declaración de Derechos de Virginia de 1776, sin ninguna duda también liberal en su concepción. En el artículo 10 de aquélla encontramos lo siguiente: Ningún hombre debe ser molestado por razón de sus opiniones, ni aún por sus ideas religiosas, siempre que al manifestarlas no se causen transtornos del orden público establecido por la ley. En donde se ve que el derecho de manifestación es consagrado como uno de los pilares de la democracia.

Serán los regímenes totalitarios comunistas y socialistas quienes vuelquen todas sus sevicias contra este derecho, contra esta libertad, y lo harán en toda su extensión: bien prohibiéndola, bien obligándola todos conservamos en la memoria las manifestaciones multitudinarias de estos países los 1º de Mayo. Por desgracia aún hoy se pueden ver en países como Cuba.
Cómo extrañarnos entonces de que en España se produzcan detenciones políticas violando el derecho sagrado de manifestación! Como extrañarnos cuando el presidente del gobierno se declara rojo sin ruborizarse!
Sin embargo esta lógica de las actuaciones congrua con las ideologías, es decir, este no extrañarnos, no es excusa para una sociedad anestesiada incapaz de defender sus valores. Estas detenciones son extremadamente graves en sí misas y nadie se debe llamar a engaño, ni puede dormir en el limbo de que España es una ´democracia avanzada´con un 'gobierno de talante'.
Salud