Los once se convocaron en el lugar de siempre, bajo aquella encina que se ve al fondo. En esta ocasión sólo serían once, no habían avisado a uno de ellos puesto que se iba a hablar de él. El último en llegar, como siempre, fue Diciembre.
No tardaron en ponerse de acuerdo y todos votaron a favor. Abril ya había sufrido suficientes años por los versos del maledetto Elliot y debería dejar de ser el mes más cruel.
No obstante nadie quiso asumir la enorme responsabilidad de sustituirlo en esa cualidad.
Se despidieron y se fueron en grupillos o facciones.
Llamó especialmente la atención la animada conversación con la que se iban Febrero y Julio.
No tardaron en ponerse de acuerdo y todos votaron a favor. Abril ya había sufrido suficientes años por los versos del maledetto Elliot y debería dejar de ser el mes más cruel.
No obstante nadie quiso asumir la enorme responsabilidad de sustituirlo en esa cualidad.
Se despidieron y se fueron en grupillos o facciones.
Llamó especialmente la atención la animada conversación con la que se iban Febrero y Julio.