Lleva horas comenzando a atardecer. Más que un tránsito o trámite, luz y noche prolongan su apacible conversación de sobremesa y no quieren separarse. Al parecer, en esta época del año que atraviesa en diagonal el tercer meridiano, un mismo atardecer puede durar varias semanas.
Los escarabajos y otros coleópteros aprovechan a hacer el amor sobre la arena, sin frenesí y con movimientos delicados, disfrutando del placer de la lentitud.
Comienzo a vislumbrar el papel que la perspectiva y la proporción juegan en este cosmos donde soy recién llegado. También en las condiciones a priori del conocimiento, tiempo y espacio. Incluso, lo que en otros universos sería simple cardo, aquí es palmera engominada.
Un hombre se dirige al mar y se transforma en pez.
Debo leer a Anaximandro.
Los escarabajos y otros coleópteros aprovechan a hacer el amor sobre la arena, sin frenesí y con movimientos delicados, disfrutando del placer de la lentitud.
Comienzo a vislumbrar el papel que la perspectiva y la proporción juegan en este cosmos donde soy recién llegado. También en las condiciones a priori del conocimiento, tiempo y espacio. Incluso, lo que en otros universos sería simple cardo, aquí es palmera engominada.
Un hombre se dirige al mar y se transforma en pez.
Debo leer a Anaximandro.