23 junio, 2008

EL PEDIGRÍ DE LA MANZANA

Transcribo las palabras exactas con las que Eduardo Sam me transmitió la verdadera historia de esta historia:

"Me inclino a pensar que Newton descubrió la ley de la gravitación universal gracias a los excrementos: de cuclillas en la hierba, debajo de un manzano, al anochecer, cuando las primeras estrellas se iluminan, escondido por la penumbra de los ojos indiscretos; porque la oscuridad era o bastante espesa como para ocultarlo, las estrellas no lo bastante brillantes como para alumbrarlo, y la luna todavía estaba detrás del horizonte; así que, en ese momento de silencio, curando croan las primeras ranas y los intestinos perezosos se despiertan por la emoción lírica que provoca la belleza del paisaje y de la creación divina, porque el nervio simpático transmite las emociones intelectuales a los intestinos e influye sobre el funcionamiento del metabolismo, en medio de todas estas emociones, Newton, al intuir la revelación de esta ley tan sencilla pero fundamental para el futuro de la ciencia, acuclillado aún bajo el manzano y sumido en la contemplación de las estrellas (las manzanas no se veían en absoluto en la oscuridad, porque no había manzanas, sino que del árbol colgaban estrellas, pues las manzanas ya habían sido recogidas dos días antes bajo su propia vigilancia, y no había por tanto ningún peligro de que alguna pudiera caérsele en la cabeza mientras estaba en cuclillas bajo este nuevo árbol de la ciencia, de lo contrario no se hubiera acuclillado debajo de él, sino que hubiese buscado un lugar más seguro), Newton, pues, sintió sus heces deslizarse por sus intestinos removidos, fácilmente y sin esfuerzo, a pesar de una constipación crónica que no era sino consecuencia de haber estado largo tiempo sentado ante los libros, y al mismo tiempo que se sintió feliz por este descubrimiento que de repente iluminó su mente, a saber, que la fuerza de la gravedad terrestre confiere a todos los cuerpos la misma aceleración de 981 cm/s, incluso a la mierda, y que esta atracción disminuye proporcionalmente al cuadrado de la distancia del cuerpo respecto al centro de la Tierra, al mismo tiempo que tomó conciencia de la importancia de este descubrimiento, seguido de una nueva evacuación de sus intestinos, tuvo un pensamiento terriblemente humillante: que esta ley tan importante y de tanto alcance para el futuro de la humanidad la había descubierto gracias a la caída de sus propios excrementos, acuclillado, al anochecer, debajo de un amanzano… No cabe duda de que la conciencia de ello le hizo subir los colores a la cara y preguntarse si iba a revelar a la humanidad su descubrimiento, tan humillante en su esencia, en el que, al parecer, estaba implicado el propio diablo. Pero, todavía en cuclillas bajo el manzano de la ciencia, otra vez constipado, Newton concibió su gran mentira histórica y trocó su mierda por una manzana, y de este modo la humanidad nunca supo la auténtica verdad y atribuyó a la manzana el mérito de este descubrimiento, porque ésta ya tenía su pedigrí edénico y también su pasado mítico desde la elección de Paris, lo que el propio Newton no ignoraba. Es así como desde ese día las manzanas caen siguiendo una nueva ley, la Ley de Newton, mientras que la mierda sigue arrojándose en el mayor de los anonimatos, fuera de la ley, por así decirlo, ¡incluso como si las leyes gravitacionales y de la aceleración no el concernieran!”

18 junio, 2008

BRIGADAS BORRADORAS DE CAMINOS



Conscientes de la tentación de desandar, de la humana inercia de volver atrás, aquí, en Patacosmia, se crearon en su momento -aquel otoño se dieron varios casos de espirales realmente enrevesadas y los métodos tradicionales se demostraron incapaces para neutralizar el anisaki- las Brigadas Borradoras de Caminos.
Su trabajo es limpio y sobre todo silencioso. Consiste en succionar aquellos caminos que invitan a retroceder y a los remordimientos.
Así, quien se ve en el centro interior de una espiral -y no vamos a analizar ahora los motivos que le han llevado hasta allí y mucho menos a juzgarlos-, ante la ausencia de un hilo luminoso al que agarrarse o seguir -lo conocido-, no tiene otra opción que la de ponerse de nuevo en movimiento, ahora ya sin barandillas para no caerse, sin caminos para no perderse.
Me lo contó Palmer la última vez que le vi:
Descifrar un sueño es desandar un laberinto. Cumplirlo es atravesarlo.

16 junio, 2008

PENÉLOPE



Para salir de una espiral:
No es bueno desandar el camino andado.
No es bueno desandar el camino andado. No es bueno desandar el camino andado. No es bueno desandar el camino andado. No es bueno desandar el camino andado. No es bueno desandar el camino andado. No es bueno desandar el camino andado. No es bueno desandar el camino andado. No es bueno desandar el camino andado. No es bueno desandar el camino andado. No es bueno desandar el camino andado. No es bueno desandar el camino andado. No es bueno desandar el camino andado. No es bueno desandar el camino andado. No es bueno desandar el camino andado.

Cuándo seremos lo suficientemente conscientes del daño que causó Penélope con su terca manía de destejer de noche lo que tejía de día.


Ahora ya sé cómo salir de la espiral!

11 junio, 2008

T, R, A, M, P, A

"¿Pero, cómo me he metido yo en esta espiral?"
Esta sería la pregunta cazamariposas, red de delfines, cangrejera, con la que nosotros mismos nos atraparíamos, en cualquier otro lugar que no fuera Patacosmia.
Sí, se trata de una trampa, con todas las letras:
t, r, a, m, p, a.
¡Trampa!

"¿Cómo he llegado yo hasta esta espiral?"
Y lo único que se nos ocurre es comenzar a desandar el camino andado, curva tras curva, has ta construir -¡sorpresa!- una nueva espiral, ésta en sentido inverso, simétrica y también viceversa, reflejo de la otra, tira para cazar moscas, al otro lado del espejo.

Y así, entre espirales, más o menos desarrolladas, pero todas sin fin, el tiempo se escurre entre los dedos como arena.
El mar en calma.

¿Qué hay que hacer cuando uno se da cuenta de que se ha mentido en una espiral? ¿Qué se hace aquí, en Patacosmia?

06 junio, 2008

PROGRAMA EN ESPIRAL

Al ir dando forma a las preguntas, voy dejando un rastro o una sombra.
Me pregunto si se puede pedir, elegir, - con un mínimo de antelación, por supuesto- el día que quieres que te llegue.
En el caso de que la respuesta sea afirmativa, me asalta otra duda: ¿Cómo debe pedirse: con precisión de la fecha concreta o por descripción desiderativa de su contenido?
Hagamos una simulación:

- Central de Reponedores de Días, Dígame.
- Hola, me gustaría que mañana me enviaran un "22 de Octubre".
- Tomo nota. Le llegará sobre el amanecer.

O así:
- Central de Reponedores de Días. Dígame.
- Buenas, era para un pedido. Quiero recibir mañana un día del Tipo C.
- Tipo C.
- Sí, creo que son tipo C los días de homenajes y excesos.
- Sí, esos son, esta misma noche le llegará. Que lo disfrute.

Claro, supongo que también podrás avisar para decir que no te vuelvan a enviar un día que no deseas, o para una reclamación.
- Central de Reponedores de Días. Dígame.
- Era para una advertencia. No quiero que me vuelvan a enviar un 13 de Junio.
- No se preocupe, ya queda aquí constancia.

Y por último, por terminar, aunque se me ocurren muchas más preguntas, tengo mis dudas también sobre la cantidad. Si es posible o no pedir más de un día seguidos y si existe un límite:
- Central de Reponedores de Días. Dígame.
- Buenos días, quiero que me envíen cinco días de pasión, chimenea y frío fuera.
- Le recuerdo que también puede pedir con este lote, una semana de amor.
- No gracias, me basta con los cinco que he pedido.
- Esta bien, que los disfrute.

¿Pero cómo he terminado en esta espiral?

03 junio, 2008

POSTALES INMENSAS

Yo he sido el primer sorprendido al encontrarme con un día metido por debajo de la puerta, como si fuera una inmensa postal que asomara por la abertura del buzón, insuficiente para contenerla, de tan grande como es.
Pero sí, creo que es una buena manera -emocionante y amable a la vez- de recibir los días.
Como si cada día fuera una enorme postal que alguien nos envía desde otros mares, que nos acerca la arena de otras playas, lo frondoso de bosques tan lejanos como misteriosos, a otros hombres, a otras mujeres, que no conocemos...
Sólo que aquí, la postal, el día, llega sin escribir, en blanco, y somos nosotros quienes debemos redactarlo.
Y lo hacemos con lo que vivimos.


Pero me han surgido varias dudas, tengo varias preguntas sobre este sistema. Me voy de paseo, así comprenderé mejor.