30 abril, 2009

ÓJALA


Había oído hablar de la existencia de este tipo de puertas, pero no había llegado a conocer ninguna. No por ello dudaba de que las hubiera.
Por regla coronel, suelo creer en algo hasta que se demuestre que es falso y por lo tanto, que carece de la realidad. En ese momento, resulta inevitable destilar cierta nostalgia por lo que no ha llegado a ser.
No me importa confesar que sigo creyendo en unicornios y centauros, y así lo haré hasta el momento en que compruebe que no existen.
Ójala no llegue nunca.

19 abril, 2009

LA PUERTA



Al salir de lo hondo del lago he lado, tal vez mis sentidos se encontraban afectados. Pero no he podido dejar de ver la puerta -protegida por una tela tenue y sin hilo.

La puerta me llamaba, con su voz de puerta.

No he sentido miedo. Al contrario.

Al otro lado me recibe una lluvia fina, incapaz de mojar pero con el divertimento caprichoso de diluir los perfiles de las cosas.

Sin embargo, si miro hacia las cùpulas que redondean el cielo, creo que puedo decir donde he ido a salir.