25 octubre, 2006

EL APOCALIPSIS VA A LLEGAR

Desde sus días de esplendor, allá por el pleno corazón de la Edad Media, cuando el milenarismo era el último grito en ideologías y movimientos ciudadanos, poco es lo que se habla del Apocalipsis y lo poco que se habla se reduce a espacios e interlocutores de los que es mejor no hablar.
En cierto modo es lógico. En una sociedad tan ilustrada, racionalizada y empírica como la nuestra, qué consideración iban a tener las revelaciones
del Diácono de Patmos, que seguramente estaría bajo los efectos de alguna sustancia o bien tendría mal dormir.
Pero, ay amigos, la cosa ha cambiado y no tiene muy buena pinta: ¡Penitenciagite!
Ya no son probes diáconos analfabetos los que nos hablan del Apocalipsis, ahora se trata de expertos geólogos y paleontólogos, de la universidad de Utrech, quienes dirigidos por el también experto Jan van Dam nos advierten de que la especie humana se extinguirá el año 2.252.006.
Lo que se dice un Apocalipsis en toda regla, salvo que en esta ocasión no ha sido publicado en la Biblia, sino que viene avalado por la prestigiosa revista Nature, y tiene la forma de un informe científico en toda regla.
Es precísamente este adjetivo 'científico' en el que me hace temblar, pues cuando los científicos se ponen a un tema ya sabemos que son gente muy seria. Son tan serios que hasta nos informan del día exacto en que ocurrira nuestra extinción, por si acaso teníamos pensado hacer algo ese día: el 31 de octubre del año 2.252.006

No vamos a entrar ahora en las razones que les han llevado a efectuar este vaticinio, pero tiene algo que ver con un desfase en la órbita terrestre, que se alejará del sol y hará mucho frío (ríete de los inviernos de ahora).
Sin duda alguna en España esta noticia ha provocado efectos singulares y yo ahora me explico muchas cosas.
Ante la inexorabilidad de nuestro fin, sabiendo hasta incluso la fecha, nos ha debido entrar el síndrome de
oledlasrosasmientraspodais, pues sólo desde esta enfermedad se puede comprender la desidia, pasividad, indiferencia, desinteres y pitorreo estilo ancha es Castilla, con el que nos estamos tomando las circunstancias que constriñen la realidad de nuestro querido país -¿país? ¿nación? ¿Estado? ¿España?-.
Sólo desde la asimilación de nuestra extinción, se explica que quien asesino a 25 personas pueda salir de la cárcel a los 18 años, y aquí no pase nada, ni tiemblen los cimientos; sólo desde la asunción de la desaparción de la especie humana se explica la negociación con los asesinos, la mentira más vil, la demagogia, la renuncia a los valores sustantivos que deben dar sustancia a una democracia que en su ausencia sería meramente formal, vacía, hueca, la rendición, y que aquí en este antiguo solar de nuestros antepasados no pase nada, salvo el otoño que pasa y las hojas que se lleva.
Que Dios nos pille confesados!
Mierda de país.
Salud

23 octubre, 2006

"El CARMELA"


Hay sitios a los que se siempre se va más de una vez. Esto es lo que le pasa al "Manuela".
El bar-café-cocktelería, está en la Calle San Vicente Ferrer, cerca de la ex-pizzería "La Gata Flora", que ya no se llama
así (se llevó mi juventud ese cambio de nombre...).
Lo primero que llama la atención del Manuela es el exceso de luz. Es claramente una iluminación Belle Epoque, como la decoración barroca y relamida. Es una luz cálida, difusa, alegre. Una luz que te hace olvidar inmediatamente la oscuridad de la calle (porque hay que ir de noche o al atardecer y sin prisas por favor). El lugar tiene una barra años treinta muy bonita, en la que te puedes encontrar desde culturetas trasnochados a impecables chulos de gimnasio con tatuajes imposibles, pegados a su brazo de madera. Hay una mezcla curiosa de gente. Una sensación tinteneante, de cristal, festiva y algo melancólica a la vez.
TAmbién hay un piano. Art Decó. Un piano abandonado y sepultado bajo un montón de cajas de colores chillones de juegos de mesa, y rodeado por altas plantas tropicales, como si el piano fuese un viajero lejano que se perdió en uno de sus viajes entre las mesas del Manuela.
Y los vasos. Los vasos son antiguos. Pesados. Grandes. De vidrio verdoso. Los del Batido de Vainilla, son muy largos. Y dan un zumo de tomate preparado que es una delicia. Tienen una receta secreta para que esté tan bueno. Algo de zumo de limón, unas gotas de tabasco, salsa Perrins, pimienta, sal y dos hielos. Me gusta el zumo de tomate.
Luego te vas del sitio, y la puerta es como la de las antiguas cuadras o lecherías, de esas que se puede abrir sólo la mitad de arriba o de abajo, con lo cual puedes estar dentro y fuera a la vez. A salvo.
Es un buen sitio el Manuela. Él cuando fué lo llamó "El Carmela". NO sin razón.
Ciao, Patbel.

19 octubre, 2006

DIATRIBA DE LUCES


Por las mañanas o noches, cuando llego a trabajar oigo los gallos de una granja cercana. Dios aún no se ha levantado y no ha tenido tiempo de separar la luz de las tinieblas, ni de pronunciar el celebérrimo imperativo por el cual ha pasado a la posteridad: Hágase la luz.
Dice un poeta amigo -aunque muriera antes de que yo naciera- que cuando Dios creó la luz en las primeras horas del Génesis -que yo siempre me he imaginado como una huelga a la japonesa- se dio cuenta cuando ya era tarde de que la sombra estaba allí. Fuen entonces cuando tuvo que cambiar sus planes y crear al hombre -algo que un principio no tenía pensado-. Al hombre lo creó y le dio la espada del llanto para combatir a la sombra.
Fuera como fuere, la luz desde entonces ha sido símbolo de la divinidad. También ha sido considerada como imagen del conocimiento y de la sabiduria. Tenemos las palabras ilustrar e Ilustración, que vienen a ser algo así como dar luz. Y por influencia de Sócrates que identificó el conocimiento supremo del sol -alegóricamente- con el bien supremo, la luz, también es epifanía
del bien y la bondad.
Pero la luz no siempre se ha quedado en templos, palacios o universidades. También ha salido a la calle. La luz rojá, casi avergonzada de sí misma, desde tiempo inmemorial ha sido reclamo de placer, vicio y pecado -esta secuencia se la debemos al amigo de Tarso, un tal Saulo-.
Allí donde hubiera un farolillo rojo o un neón, allí habría una puta.
Tal vez otro día hablemos de putas, de su importancia política y social en la república romana, o de las actas de la Santa Inquisición al respecto. Pero hoy venimos a hablar de luz, de la luz, de la luz roja o más bien de la luz verde, de los verdes y de las estupideces.
Uno de los r
eclamos de la ciudad de Amsterdam es el Barrio Rojo. Esta primavera estuvimos paseando por esta maravillosa ciudad y el Barrio Rojo, una vez más, nos resultó deprimente. La perfecta metáfora del antídoto de la lujuria.
Los ecologistas, siempre tan dispuestos a los numeritos -¿Qué me decis de aquel "Nuclear No" con el que nos han estado tomando el pelo las última décadas para que al final resulte que la energía nuclear es de momento el menor de los males? Y por favor reconozcam
os que necesitamos energía antes de contestar cualquier bobada-, desconozco si en connivencia con las autoridades, han decidido cambiar los farolitos rojos, por bombillas de bajo consumo y de color verde.
Tal vez sea grande el ahorro porque allí las tienen encendidas noche y día. Pero también es posible que alguien en asociación de ideas puede llegar a colegir que ir de putas es ser ecologista.
Como podéis ver por la fotografía, si antes resultaba deprimente, ahora se acerca peligrosamente a lo espectral y alguno lo puede confundir con un cementerio en la noche de los fuegos fatuos.

Pero cualquiera dice algo contra los ecologistas.

Salud.
Pd: Os recomiendo que veáis el video que aparece en esta dirección:
españa no es españa

17 octubre, 2006

PARAGUAS



HOY HE DESCUBIERTO QUE MI PARAGUAS NUEVO REPELE MUY BIEN EL AGUA. Tuve otro antes, pero lo olvidé en el asiento de atrás de un taxi (un clásico). Tuve otro paraguas mucho antes, lo regalaban con un champú y era de color verde fosforito. Era tan feo y tan cantoso, que siempre que lo dejaba en algún sitio, enseguida salía alguien corriendo con él para que me lo llevara. El caso es que el paraguas capilar me duró más de lo aconsejable. Acabó espanzurrado y con las alas mojadas y rotas en una de esas tormentas madrileñas que cogen la zona de la Plaza de Oriente. Fué un buen paraguas.
Me gusta la lluvia, y las aglomeraciones de paraguas (recuerdo una en la manifestación de...) parece como si a todo el mundo le creciera una seta en la cabeza, setas alucinógenas de colores y formas distintas. Unas más grandes que suelen ir acompañadas de gente pequeña, y otras minúsculas y picudas que apenas tapan a los grandullones.
Ahora están los paraguas de apertura automática.
Hoy he visto a dos ejecutivos altos, de negro, algo elegantes, (fumaban), agarrados sin querer a un paraguas negro que los juntaba aleatoriamente.
Luego pasó uno de esos paraguas de golf de dos colores. Esos paraguas necesitan aceras muy anchas y mucha lluvia, sino quedan como perdidos y grotescos.
Me gusta la lluvia...en el mar la lluvia es una calma increíble.
Anoche abrí el balcón. Ya era tarde, se oía caer la lluvia, puse algo de Jazz. De repente llegó el camión de la basura, y como en un mundo al revés, vomitó un montón de bolsas, cajas de perchas y desperdicios en la acera. Y se fué.
Pero para lluvia, para gotas de lluvia, para instantes de vida, "todos los que se
perderán como lágrimas en la lluvia..."
Ciao, Patbel.

16 octubre, 2006

EN OCTUBRE ES LO QUE PASA


Pues sí, creo que ya sí, que ya estamos todos.
Entendedme, venía conduciendo y tampoco podía ser exacto -no vaya a ser que me quitaran algún punto por venir sumergido en estas cuentas y en estas reflexiones-, seguro que alguno se me ha escapado. Pero, contando a ojo como los pastores, me atrevo a decir que ya estamos todos aquí.
Los últim
os abusones de sol y playas, también, también estaban hoy aquí.
Yo lo recuerdo de cuando mis primeros años en mi primera facultad: hasta después del Pilar no se empieza. Y así era, hasta después del Pilar casi nadie se tomaba la molestia de aparecer siquiera por la universidad, tampoco los profesores.
Sucedía también que algunos, entre los que en un momento dado podría incluirme, nos llenábamos de santoral y confudíamos el Pilar con los Santos y claro, la diferencia estaba en medio mes. Y si era sólo medio mes, aún íbamos bien, todavía podíamos recuperar, pero entre el Pilar y la Inmaculada, o uno está muy puesto en estos temas, o sólo se aprecian diferencias teológicas. Y en e
sta tesitura uno tiene que ser muy ducho pero que no se le haya escapado ya mes y medio, casi dos meses.
Pero bueno, lo importante es que todos, salvo alguna dolorosa excepción hemos llegado, hemos dejado atrás las playas rancias de octubre, que son muy bonitas para pasear y, a falta de ozono y melanina, broncearse el alma de saltitre y nostalgia, pero que no las acabo de ver yo para bañarse. Antes bien, me parece un fuera de lugar: bañarse en octubre ..., que sindiós.
Quiero decir, que lo esencial, en lo que nos debemos afanar ahora, es sobrevivir a esta consciencia del paso del tiempo y de las cosas, del devenir fugaz de nuestros días, del otoño que sucede al verano y precede al invierno, este último, trágica antesala de la primavera, sobrevir a la melancolia de lo pasajero y de lo que pasa, escapa para siempre.
Por ejemplo ese color rojizo que comienza a cubrir los hayedos de los Picos de Europa.
pd: Por cierto, para quienes necesitéis cierta calma, podéis pasaros por la exposición del Thyssen sobre Soroya y Sargent. Pero id por la tarde, no es una buena idea visitarla por la mañana, hay una luz demasiado fría.
Salud

10 octubre, 2006

STEAK TARTAR

Todos los hoteles tienen un submarino dentro, y algunos, también un fantasma de la ópera.
Detrás de sus fachadas y sus recepciones con sonrisa, está lo mejor, el laberinto de pasillos sofocantes, un hervidero de idas y venidas, con toallas, sábanas limpias y cotilleos del personal. Detrás de una de esas puertas de Alicia..., encontré el acceso a las cocinas, hacia abajo, en el sótano. Una de esas cocinas industriales dónde nunca ves comida, sólo metal y grandes ollas burbujeantes. Y allí me contaron un cuento sobre extrañas personas que comen carne cruda:
STEAK TARTAR

Hace falta un solomillo de añojo (150 gr aprox.) el truco es cortarlo bien con el cuchillo, el cocinero me recomienda darle primero un par de pasadas con la batidora de mano.


Ahora la salsa para macerar bien la carne.
Se mezclan dos cucharadas soperas de vinagre de jerez, una cucharadita de mostaza (al estragón), y un chorro de salsa Perrins, y unas 12 gotas de tabasco , esto se mezcla todo muy bien, y se añade sal y pimienta. Una vez mezclado todo se añade una yema de huevo y un chorro de aceite virgen y se va ligando. A continuación se añade media cebolleta muy picadita, la clara de un huevo cocido, y la yema de otro huevo cocido.
Ahora se añade perejil picado, y (muy importante) un puñado de alcaparras que se aplastan bien con toda la salsa para que suelten jugo.
Finalmente se echa el solomillo en toda la salsa y se mezcla bien con la cuchara y el tenedor.

SE come. PUede hacerse con unas tostadas, a mí me gusta sólo, bueno, con un buen tinto. Como os podréis imaginar cuanto mejor sea la carne mejor.

En cuanto pude salí huyendo del laberinto masticando mi receta picante. Encontré una puerta de cristal, más escaleras, me crucé con un hombre con esmoquin, luego dos camareros que descargaban cajas, de repente fuí a parar a una joyería iluminada como si no existiera la luz del sol, y desde allí salí despedida al hall del hotel, en el que unos encantadores mayordomos me invitaron a perderme para siempre en las puertas giratorias que transformaban la realidad. ciao, Pt.

05 octubre, 2006

GRIS


La sala es completamente gris, o más exactamente, en ella habitan en perfeco silencio distintas expresiones de gris, todas ellas, eso sí, grises.
Techo gris, paredes grises, mesas grises, programa en la pantalla también gris, todo salvo la hoja blanca de la pizarra en la que perpetra esquemas Mayte, la profesora.
Pero el gris, al que en el día día no le prestamos atención, e incluso lo tratamos con cierta indiferencia, cuando se encuentra en determinadas condiciones de luz, temperatura, ruidos eléctricos y concentración de sí mismo, adquiere poderes propios de supervillano.
Es entonces cuando GRIS, ya modificada su estructura genénica lo que le confiere superpoderes, lanza haces de rayos de grisonita, que modulan la voz de tal manera que impiden cualquier brillo en la palabra: voces grises, salen de bocas grises, y traen consigo un aliento soporoso con restos de digestión de ideas grisáceas.
Sólo su presencia es suficiente para que la sonrisa escape despavorida, y es cuando aprovecha para caracterizar las caras de todos aquellos que están a su alcance con expresión de ameba.
Si uno permanece expuesto demasiado tiempo a la grisonita, comienza a sentir un dolor que se va extendiendo por toda la corteza cerebral. NO es un simple dolor es la señal inequívoca de que el cerebro del individuo se encuentra ya sometido a GRIS.
Una vez que la exposición a GRIS se repite todos los días, los efectos se hacen irreversible. Lo podemos ver en las calles y reconocer a quienes han caído sobre su maléfico poder por sus corbatas, por su forma de fumar, por la copa que se toman a las ocho de la tarde después de salir de la oficina, y sobre todo por su conversación vacua y estúpida.
Estoy rodeado y sólo tengo una escapatoria: cerrar los ojos e imaginar colores.
Pd: La obra pertenece a Juan Gris, que como véis poseía cierta sensibilidad para el color.

04 octubre, 2006

SIXTE VIATOR


Queridos compatriotas de Metacosmia:
Este es el día en que actuó el Señor, sea nuestra alegría y nuestro gozo.
Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia.
En la tarde del 2 de Octubre, por fin finalicé la novela que me llevaba ocupando alma, corazón y vida, durante los casi cuatro últimos años.
Su título: SIXTE VIATOR
Ahora habrá que corregir, y pasar el bisturí por algunas páginas y por otras el escoplo o la gubia fina. Operación, sin duda dolorosa y para la que contaré con la ayuda inestimable de Pablo, Ernesto, Diego y algún otro que se preste.
Después, convencer a Pat para que me haga unas ilustraciones que la acompañen. ¡Pat, tienes que hacerlas!
Por último encontrar una editorial que se atreva a publicarla.
Así que si alguien conoce o posee una editorial: ¡Qué levante la mano!
Salud!