24 febrero, 2010

EL MISTERIO


Ella ha dejado la almohada en la cama para que crean que sigue durmiendo. Pero se ha escapado tras su amante.
Desciende al Infierno. No le importa.
No se perderá en el dédalo de galerías que conducen hasta él.
Mientras, arriba, en la superficie, todo está cubierto por un cristal de hielo.
Su madre, al despertar, se ha dado cuenta del engaño.
La busca, a voces, desesperada, a la luz del día.
Hasta que no aparezca no habrá más vida.

16 febrero, 2010

LA BOCA (9)


El misterio que suena en el bolsillo,
nuestra historia,
comienza aquí: en la boca del Hades, del Infierno.
O no exactamente aquí,
pero por aquí,
por esta boca,
puerta,
deberemos pasar,
si queremos salvarnos.
Nadie nos puede asegurar que podamos regresar.
Ni siquiera sabemos si querremos hacerlo.

12 febrero, 2010

INDECISOS (8)

Algunos,
los menos,
a mitad de camino quisieron dar la vuelta.
Tal vez porque dejaban mucho atrás,
todo lo que conocían,
quizás porque llegaban rumores de que el gobierno en el exilio también había sido derribado, o se había vendido.
No hubo piedad para ninguno de ellos,
arrepentidos, indecisos o...
de pronto iluminados.
Esta noche, volverán a salir las ordas de sedientos a la caza.

09 febrero, 2010

OIGO A ALGUIEN LLEGAR (7)


El miedo nos lleva, en ocasiones, a ser protagonistas de acciones u omisiones que mueven a vergüenza. El miedo es capaz de hacer que nos avergonzemos de nosotros mismos y aún así... el miedo puede vencernos, nos vence con demasiada frecuencia... para alguien tan valiente como tú y como yo.
Es cierto que habían hecho un juramento, sobre la tierra -nada más sagrado-, en mitad de la noche -nada más secreto-,...
Habían jurado que nadie abandonaría, pese a las tormentas, las heladas, el hielo y los estremecedores cristales de nieve, pese al viento iracundo, nadie abandonaría.
Esta vez fueron ellos. Pero... pude haber sido yo, o tú, bien lo sabes. Fueron ellos los que se sintieron atenazados por el miedo y rompieron el juramento -sólo ellos saben con cuánto dolor- y huyeron.
Los esbirros los detuvieron antes de que pudieran cruzar el ecuador, no les dio tiempo siquiera de alcanzar la latitud del trópico de cáncer.
Ahora están expuestos como escarmiento, en sus propias jauaas de óxido y metal oscurecido por el llanto y la vergüenza, para meter más miedo.
Pero...
oigo a alguien llegar y le suena un misterio en su bolsillo...