30 abril, 2008

ALGO AL OÍDO


Sin aviso, como todo lo que sucede aquí, ha llegado el anochecer. A alguno le puede resultar curioso, pero a nadie le ha parecido mal, ni se han tomado como una descortesía el hecho de que se presentara así, sin nisiquiera hacer una llamada para decir:
"Soy yo. Que ya voy para allá. Estoy saliendo. Esperadme. No comencéis sin mí, que ya os conozco"
La luna se ha presentado media hora más tarde. Entra sin prisas, tan distraída va, intentado caber en un diminuto espejo-pitillera para ponerse el rimel en sus largas y oscuras pestañas.
Cuando pasa a su lado, uno dice: "Huele a miel".
Otra, al ver como contonea sus blancas caderas: "Es una presumida".
Una mujer mayor la ha confundido con un hoyo de golf en el que hubiera caído un puñado de cal. Y pese a ello, nadie ha sugerido que esté loca.
El niño no se quiere ir a la cama, pero su madre le dice algo al oído que parece convencerlo y va contento de su mano.

28 abril, 2008

USUCAPIO IMAGINATIVA

No sé si desde entonces han pasado varios días, o sólo un puñado de segundos.
Así es la imaginación. No olvidemos que fue ella la primera que acudió en defensa de A. Einstein, cuando éste formuló aquella teoría suya que sancionaba la relatividad de la realidad espacio temporal.
Por otra parte, Lucio Anneo estaba convencido de que todas las cosas nos son ajenas y sólo el tiempo es nuestro.
Por eso, tanto el tiempo que dediquemos a imaginarlos, como esos mismos mundos abiertos que imaginemos, son nuestros en tanto en cuanto nuestra imaginación logre poseerlos.
Obviamente, serán más nuestros a mayor definición de los detalles.

Y claro que puediera darse el caso de que unos mismos mundos fueran de varios a la vez si a la vez los imaginan y los detallan con identico pulso. Y esto, por sorprendente que parezca, no daría lugar a guerras, celos conquistas u otros vicios.
Es lo que se conoce como usucapio imaginativa o posesión por imaginación.

25 abril, 2008

MUSLOS POSIBLES

Al dejar la sombra de las gradas, me invade una sensación física tal que amarilla, como si llevara a mis espaldas una mochila llena de sol. No es que me moleste el peso, no pesa mucho, pero nunca lo había experimentado en la Tierra ni en otros universos por los que he viajado. Y no deja de ser algo nuevo y como tal, mezcla de angustia y de placer.
En realidad no debo preocuparme. Es cierto que llevo poco tiempo aquí y no soy el más indicado para extraer conclusiones, pero supongo que se trata de la hora del día más cercana al verano, si no es que sea ya verano ya.
Seguro que en unos cuantos días ya me habré acostumbrado a estos cambios veloces de estaciones. No me extrañaría que incluso existiera una vacuna para inocular virus amaestrados que contrarresten los cambios de humor, tan sensibles a la posición de las nubes.
El caso es que me ha entrado hambre.
¿Serán así todos los muslos posibles?

22 abril, 2008

CARAMELOS EN LOS BOLSILLOS

Dejo la obra con la misma felicidad del que sabe que lleva caramelos en uno de los bolsillos de su chaqueta y mete la mano para jugar con ellos, sin necesidad de verlos con los propios ojos, que, por otra parte, sonríen.
No he necesitado preguntar, me ha bastado la contemplación, y yo mismo he sido capaz de sacar a la luz esa respuesta, más que como una trucha enganchada al anzuelo, como un cubo de agua sacada del pozo.
Sí, las obras repartidas estratégicamente por toda Patacosmia cumplen una función vital. Los espactadores que se sientan en las gradas llegan con una biografia de éxistos y de fracasos, pero allí pueden comprobar como avanza la obra, ladrillo a ladrillo, fila a fila, viga a viga, y son testigos de que donde antes no había nada, ahora se eleva un soberbio edificio.
No debe paralizarnos la visión de la cumbre de la montaña -allí arriba, tan alta y con tanto frío-, si no que debemos comenzar a ascender hasta ella paso a paso. Tomar la decisión es casi la cima.

18 abril, 2008

VIENTO

Se ha levantado viento.
¡Mentira!
Todos los presentes lo hemos visto: ¡El viento no se ha levantado! ¡Ha descendido sobre nosotros! ¡Se ha lanzado en picado! ¡Me han oído!
-¡No le oímos bien con este viento! - leo en los labios de alguien que a lo lejos me responde.
Los músicos habían dejado todos los instrumentos apoyados en la acera con las boquillas hacia arriba y de pronto... tubas, fagot, trompetas y trobones, flautas y flautines, clarinetes y obóes sonaron a la vez.
El viento ha descendido sobre nosotros como la manifestación de un Dios, como el espíritu divino, como el don de comprender en todas las lenguas y de hablarlas a la vez, como el azul que se encierra y alienta el corazón de toda llama, como un golpe encima de la mesa, como una decisión inesperada, como una respuesta.
El viento nos despeina, nos despierta, aparta todo el enramado hasta colarse por nuestras orejas y allí, en el mismo puto centro geográfico del cerebro, posa el huevo: el nous.
Creo que ahora ya sé el sentido de las obras. Os lo diré el próximo día. Ahora dejadme que me caliente un poco.

15 abril, 2008

LA AVIONETA

Al rematar el segundo piso, los obreros se disponen a saludar al público. Se quitan los cascos y se inclinan en reverencia copiada de otros escenarios.
Ovación cerrada. Incluso algún "¡Bravo!" sentido, salido de las profundidades de un alma emocionada.
Se retiran.

Sin solución de continuidad, en el piso superior, es decir, el 3º aparece una nueva cuadrilla, con monos limpios y con cascos nuevos, éstos, de color amarillo nápoles. Es suficiente un gesto autoritario del capataz y todos comienzan a moverse como si se tratara de un engranaje perfecto y engrasado.


Cada segundo que pasa me siento mejor. No se trata de un relajamiento lacio, sino de una serenidad firme y segura. Poco a poco voy representándome la imagen de la respuesta que busco.

Una avioneta rasga el cielo sin nubes. Lleva a su cola una tira publicitaria:
"Pitágoras. Un Campeón de la Filosofía pensado para ti"

10 abril, 2008

20 CENTÍMETROS

La lluvia, más que amenazar -demasiado burdo para su educación-, se insinúa, como los muslos de una amante adolescente.
Pese a ello, o tal vez, por ello, nadie abandona su asiento a pie de obra. ¿Quién sería capaz de sustraerse al encanto de empaparse hasta el tuétano tierno de los huesos?
No hay ningún cartel que pida o exija silencio, así que este silencio es libre, espontáneo y expresivo hasta lo poético. Todos estamos pendientes de la colocación del último ladrillo que cierra la hilera.
Ha encajado perfectamente. Satisfacción, íntima, sin aplausos.
Los obreros vuelven a tirar la cuerda, el nivel, 20 centímetros más arriba. Es el primer paso para otra fila más, marca la dirección.
Los que observamos nos sentimos crecer también, a nuestra escala.
Creo que ya voy entendiendo.

07 abril, 2008

CONTEMPLAR ANTES DE PREGUNTAR

A las gradas se accede a través de unos tornos iguales a los de los estadios. No hay nadie que controle y la entrada es gratuita.
Hubiera preferido que me dieran un casco y un arnés, pero al parecer no existe peligro alguno ya que la obra cuenta con los más avanzados sistemas de seguridad, que se caracterizan entre otros motivos por la discrección.
Tomo asiento en la tercera fila, muy cerca del pasillo. Nadie me pregunta nada y yo tampoco. Me dispongo a ver.
Tal vez alcance la respuesta por mi cuenta.
El edificio en cuestión se eleva hasta una altura de cuatro pisos. El armazón ya está completado. Los obreros -que en nada se diferencia de los obreros de otros universos-, enladrillan el perímetro exterior -dejando los vanos correspondientes para las ventanas y ventilaciones-. Acaban de comenzar el segundo piso.
Es sentarme, y con el primer ladrillo que veo colocar, experimento un placer sereno.

01 abril, 2008

ME ACERCARÉ A PREGUNTAR

Distribuidos siguiendo un plan no concebido -propio del azar y de lo silvestre- en la superficie de la ciudad se encuentran edificios, también puentes y lo que se conoce como La Torre ( aunque aún se ignora cual será su función), en construcción.

Junto a estas obras se han levantado unas gradas o bancadas de aula magna en las que, a lo largo de toda la jornada, puede verse a gente sentada, atendiendo a los avatares de la obra, con el mismo interés que demuestran los buenos alumnos por las "lecciones magistrales".


El espectro del público que observa con serena avidez abarca todas las edades y clases sociales, indicio éste que me lleva a intuir una intención iniciática en dichas obras, enmarcada dentro de la Política Educativa que las No Autoridades desarrollan en Patacosmia.

El silencio con el que escuchan los avances también resulta indicativo.


Me acercaré a preguntar.