07 abril, 2008

CONTEMPLAR ANTES DE PREGUNTAR

A las gradas se accede a través de unos tornos iguales a los de los estadios. No hay nadie que controle y la entrada es gratuita.
Hubiera preferido que me dieran un casco y un arnés, pero al parecer no existe peligro alguno ya que la obra cuenta con los más avanzados sistemas de seguridad, que se caracterizan entre otros motivos por la discrección.
Tomo asiento en la tercera fila, muy cerca del pasillo. Nadie me pregunta nada y yo tampoco. Me dispongo a ver.
Tal vez alcance la respuesta por mi cuenta.
El edificio en cuestión se eleva hasta una altura de cuatro pisos. El armazón ya está completado. Los obreros -que en nada se diferencia de los obreros de otros universos-, enladrillan el perímetro exterior -dejando los vanos correspondientes para las ventanas y ventilaciones-. Acaban de comenzar el segundo piso.
Es sentarme, y con el primer ladrillo que veo colocar, experimento un placer sereno.

15 comentarios:

Anónimo dijo...

Estas seguro de que las grandas son seguras?
Deberías haber cogido casco.

Anónimo dijo...

Un casco, un casco! Cuánto cobarde! Se va a una obra, no a la guerra.

Anónimo dijo...

es por aquello del "casco retornable", para tener la seguridad de que vuelves entero de la obra, yo me pongo yelmo de seguridad y lóriga a juego, y como las caligae no están homologadas pues unas Doc Martens(mi jefe no se atreve a protestar)

Anónimo dijo...

Yelmo, lóriga, caligae qué bellas palabras.
Menuda lumbrera quien exilio el Latín del Bachillerato.
Así nos luce el pelo.

Anónimo dijo...

No, No, no me pongo nada y me dejo caer y rodar por las gradas como los Rolling Stones, o como una botella vacia en la Plaza del Campo de Siena, que por cierto, tiene forma de una concha, como un amante avido que se volca en una cama, o en el suelo (depende de los gustos, y sobretodo de los muebles), como la perla de un collar, como una moneda de 2€ (que ya es una pena perder, aunque las monedas parecen poca cosa),como una "fetta biscottata" con mantequilla, que siempre llega y se cae por el lado "imburrato", como...el casco que no te has puesto. Y así...hacia el centro, cualquier sea, pero que sea un centro..equidistante.
Ignyyyyyyyy...cuanta seguridad, y de que? dejate caer!

Rafa R. Palacio dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Rafa R. Palacio dijo...

la verdad es que protegen poco, Lila, pero eso sí, vestido de legionario, con toda la impedimenta, se tarda mucho en levantar del suelo. Y a veces se está tan a gusto...
Llena la piscina que me tiro

Anónimo dijo...

tranquilo, no hace falta que te levantes. no tengo piscina,ni gradas, solo caminos "pianeggianti", pero si quieres tirarte...algo tierno siempre se encuentra

Anónimo dijo...

Se trata a caso de un teatro? De un estadio? De un desfile? De un circo?
Moriran gladiadores? Tal vez fieras? Cristianos? Asiste también el emperador? Y su esposa? Sus amantes? Sus esclavos?

Anónimo dijo...

yo me imagino algo redondo, así que si te tires, no encontraras ninguna esquina, canto o aspereza de caracter o arista...todo liso!

Unknown dijo...

La discrección siempre será lo mejor para la seguridad de uno mismo... No necesitas casco.. sólo una buena colchoneta que te amortigüe la caida (si la hay...)

Anónimo dijo...

Aquí nadie se va a caer, os lo aseguro.

Anónimo dijo...

un coliseo blando y esponjoso...
ave caesar, morituri te salutant

Anónimo dijo...

El cielo está enladrilado ¿Quién lo deesenladrillará? El desenladrillador que lo desenladrille buen desenladrillador será.

Rafa R. Palacio dijo...

seguramente Paco el pocero