El padre de la hermosa princesa atrapada en la alambrada ofreció su reino para salvarla.
No era suficiente.
Entonces, el Rey, su padre, en un gesto de dignidad que redimió su vida entera,
entregó su cabeza, purpurada.
No era suficiente.
Entonces, el Rey, su padre, en un gesto de dignidad que redimió su vida entera,
entregó su cabeza, purpurada.