29 noviembre, 2006

DECONSTRUCTIVISMO


NO fui precoz en el desvelamiento. En esto, los hay que despiertan antes y los hay, como yo, que se mantienen firmes en la trinchera de la ingenuidad hasta bien entrada la juventud, incluso más allá. Asumí los pequeños tropiezos, los inevitables tropiezos con la realidad contumaz, como parte inevitable -piedra, cimiento- de esa otra realidad que yo imaginaba.
Que no existiera el Ratoncito Pérez, fue hasta un alivio, pues no me hacía mucha gracia que un ratón, por pequeño que fuera, anduviera bajo mi almohada. Que los Reyes Magos no llegaran precisamente de Oriente, es algo que prefiero olvidar, a día de hoy aún me duele esta verdad. Fue sin embargo una tarde entre tercero y cuarto de carrarera cuando sucedió: el velo del templo se rasgo y me mostró que el mundo no era tal y como yo creía. Los culpables de tal inmersión en la realidad fueron toda esa caterva de filósofos sigloventeros encabezados por el inefable Heidegher.
Uno de ellos, muerto no hace muchos años, Derrida, hizo fortuna con uno de sus conceptos, el de el deconstructivismo.
A partir de ahí, mi vida no ha sido más que castillo de naipe que se viene abajo, piezas de dominó. El realidad, el mundo, mi mundo comenzó a deconstruirse y todo lo que hasta entonces no había visto, se manifestaba ahora con insistencia maniaca.
Nadie lo hubiera imaginado, pero sucedió: el deconstructivismo alcanzó desde los libros ilegibles de un filósofo a la sagrada tortilla de patata. ¡Por qué lo has hecho Adriá!
Últimamente el afán es deconstruir la Navidad. Comenzaron hace años, con el gordo de rojo. Siguieron alterando las letras de los villancicos y llenándolos de paz, de hogueras y guitarras -hasta tal punto, que se arruinaron los fabricantes de panderetas. (En el mundo dual de la progresía, simple, pandereta=facha- La iluminación navideña de las calles fue el siguiente objetivo. Y acabaran por privar de nacimiento al Niño Jesús, que ya no pasara de ser el nasciturus de una idea vieja y trasnochada, dejando una vez más hueca, huera, vacía, la palabra.
En parte ya lo han hecho este año en el Cortilandia del Corte Inglés, que tiene como motivo un zoo, con verja y todo. Allí no falta elefante, jirafa, tigre o león, hasta gorila albino tiene. Lo que sobra es un belén que han puesto en lo alto por vergüenza y que entre tanto animal de selva, queda como a un santo dos pistolas, es decir mal y ridículo (y ya sabéis lo que dijo aquel: De todas partes se vuelve, menos del ridículo).
De ese otro animal, el director de un colegio de zaragoza, que ha prohibido los actos navideños por encontrarnos en un estado laico, ni hablo (ni siquiera para decirle que este Estado nuestro no es laico, sino aconfesional, que es muy distinto, pero como el asno de Buridán, imagino que este jumento tampoco sabrá distinguir).
Gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad.
Salud

27 noviembre, 2006

RIMPOCHET, KIOSKOS Y CINTAS DE VIDEO


BIENVENIDOS A UN LUNES CUALQUIERA DEL SIGLO XXI!!
Me pregunto que fatídica conjunción de planetas hizo que el otro día me robasen la cartera en el hall de un hotel de lujo. Mi horóscopo no decía nada al respecto, más bien me decía que si estaba pensando en pedir un crédito o un préstamo era un buen momento!...ironías del destino...horas después estaba poniendo denuncia en una comisaría lluviosa del centro de Madrid, con el aire abatido de una piscis cualquiera con la luna en SAgita5rio. !DESCUIDEROS!! así los llaman ahora, aprovechan un descuido (que mejor sitio para descuidarse que la barra de un Bar) y te dan el palo, lo mejor es que el maldito hotel tenía un "Gran Hermano" en sus entrañas y todo el festín quedó grabado en una cámara de seguridad. Es extraño ver las imágenes de como te roban, hay algo patético e irreal en verse ajena a la cutre realidad que acecha, mientras te tomas una coca cola y unos cacahuetes. Cintas de video con lo que nadie ve, tiempo robado desde la esquina de un bar, imágenes silenciosas de una mano que se desliza en un bolso, archivos infinitos de la ciudad.
Supongo que mi Karma estaba algo desequilibrado y claro, como dice mi querido Rimpochet, la balanza de lo positivo y lo negativo siempre se nivela sola (algo par3cido le debe pasar al Madrid), en estos casos lo mejor es internarse entre los cachivaches del Kiosko amigo y comenzar una colección absurda de budas en miniatura o comprar un libro de autoayuda y dejarse de victimismos.
Si lo confieso, he leído a Paulo Coelho. Ya dice él que siempre que tenemos un sueño el universo conspira para ayudarnos. A mí eso de que el universo conspira me produce algo de paranoia, pero creo que tiene razón, así que no pienso dejar que mi yang se desequilibre por culpa del ying de cualquiera, y hoy mismo me voy a coger en el video club una peli de Bollywood con un montón de indios cantando y moviendo las caderas como locos.
Ya sabéis queridos cosmonautas no dejéis que vuestros biorritmos decaigan, y como dice alguien
BE WATER MY FRIEND...
besos Patbel

22 noviembre, 2006

POR UNA VIOLENCIA DIGNA

Recuerdo de mi estancia invernal en Londres al portero del Museo de Ciencias Naturales, que era andaluz y buena gente, y la emoción por descubrir una librería con estantes repletos de libros españoles. Allí iba todos los viernes y me sentaba en el suelo a repasar todos los títulos, uno por uno, antes de decidir cuál de ellos me llevaba.
Una de esas tardes de viernes me llevé conmigo a mi casa de la viuda un pequeño libro titulado "Inquietudes y Meditaciones", que recogía un puñado de artículos de Don Miguel, Don Miguel Unamuno.
"Te doy una ..."
Así comenzaba uno de ellos. Don Miguel proseguía advirtiendo al lector que aquel no sólo era un argumento válido, sino que era el más válido de todos y también el más frecuente, llamado argumentum baculinium por ser aquél que apele al garrote. El segundo argumento en eficacia a la hora de zanjar las discusiones es el llamado argumentum ad pecuniam, el que apele a la bolsa y que suele tomar la forma de: "Te apuesto ..." Pero está a mucha distancia del "Te doy una ..." y en ocasiones puede traer más confusión al problema.
El caso es que la violencia se ha eliminado como modo de resolución de conflictos. Y si no se ha eliminado, está mal vista y su empleo te aboca sin remedio a uno de los grupos marginales de esta sociedad bien pensante.
¡Hasta la Carta de Constitución de las Naciones Unidas desprecia el uso de la fuerza como instrumento para la resolución de conflictos entre Estados!
El pasado Domingo nos contaba Marcos, que se encontraban dos vascos discutiendo y al no ponerse de acuerdo con las palabras o tal vez por exigirles éstas demasiada concentración y sintiéndose por ello privados del placer de toda buen discusión, le dijo uno al otro:
Oye, Patxi, ¿por qué estamos discutiendo, cuando podemos resolver esto a hostias?
Y dicho y hecho, los dos se metieron en harina.
La violencia forma parte de la vida y como tal debemos asumirla y practicarla sin complejos, como un hábito saludable y propiamente humano, legítimo.
Ya está bien de buscar sucedáneos que, no nos engañemos, no nos dejan satisfechos ni pueden sustituir la violencia en nuestras vidas cotidianas y nos vuelven violentos, pero de la violencia mala: la que no sale, la que se calla. Que si una pachagilla, que si el gimnasio, que si la play, que si ir de compras, que si irse un verano de voluntario a Nicaragua, que si la fe, ...
Nada, sí, nada, todos sucedáneos. Nada comparable a unas buenas hostias, que también pueden ser entre amigos, los domingos por la tarde.
Salud.

20 noviembre, 2006

COMPAÑIA NACIONAL DE DANZA



EL OTRO DÍA fuí a ver a la Compañía Nacional de Danza que actuaba en el Teatro de la Zarzuela de Madrid. Nacho Duato es el director. (desde que ví el "Testimonio" de Nacho Duato en La Hora Chanante, no puedo evitar verlo con otros ojos)
La danza es un arte milenario que, como todas las artes, en un principio tenía grandes connotaciones religiosas, sagradas. La danza actual, como todas las artes contemporáneas, está marcada por la banalidad y la transgresión.
El caso es que creo que el público, en general, hemos desarrollado una alta tolerancia a ambas cosas. Hemos digerido, sin darnos cuenta, la pluralidad de expresiones y lenguajes artísticos, la abstracción, el feísmo, el surrealismo, son ya movimientos asimilados.
Me encanta ver entre el público de estos actos y exposiciones a jubilados y burgueses de toda la vida, con una mirada entrenada en las manifestaciones posmodernas y en el consumo del producto artístico de temporada. Personas que responden a las provocaciones del arte moderno, con una sonrisa paternal y satisfecha del que está de vuelta de todo porque nunca fué a ninguna parte.
HOy en día casi resulta más transgresor ir a ver una obra de Arturo Fernández que asistir a un festival de teatro alternativo, y es que, digásmolo de una vez, lo banal y lo transgresor, no dejan de ser propuestas ya clásicas, que responden a creadores de los años 60 y 70.
DE TODAS FORMAS, resulta interesante observar los intentos de provocación dentro del lenguaje escénico a lo "Fura dels Baus", dentro de la concepción de la escena como subversión del sistema establecido y como ruptura de los límites perceptivos del espectador.
Las Variaciones Goldberg de Bach, sonaron como música base sobre la que se desarrolló la primera coreografía de La Compañía Nacional de Danza. Una maravilla. Una escenografía sobria y contenida, la simbología del piano de cola suspendido del revés sobre la fragilidad de los bailarines. El tiempo justo para quedarte con ganas de más.
La segunda coreografía juega con los elementos de la danza-teatro, con la palabra y supresión de los límites de la escena. El arranque es fabuloso, cuerpos como bolsas de basura que penden de una pared blanda echa de jirones de tela. La música de una guitarra eléctrica desgarrada con toques tecno. Un efecto siniestro y energético. Demasiado larga.
Me gustó mucho. Aún así creo que necesito ir a ver algo verdaderamente moderno, y vosotros? CHATINES??
BESOS, Patbel.

14 noviembre, 2006

¿TONTO O MALVADO?


El aire se está haciendo apenas respirable y eso que el sol ha salido hoy con fuerza (dicen los meteorólogos que mañana volverá a sucumbir ante el acecho implacable de las lluvias).
Pero lo peor es que uno ya no sabe si es tonto, o sospecha que e
s tonto, o teme la certeza inexorable de su estupidez cuando cae por error en un sofá, delante de un telediario o en la calle se cruza con marquesinas de mobiliario urbano y paradas de autobuses.
Tonto, torpe, o malvado y pervertido. Es esta la única disyuntiva, la única opción, el único columpio en el que columpiar nuestro albedrío. Tonto o malvado, pervertido o torpe.
That´s the question!

El aire ya es apenas respirable ante un telediario.
Uno no sabe si es tonto o hace mal las cosas a propósito, cuando constantemente
el están señalando con el dedo de juez por no llevar puesto el cinturón de seguridad, cuando le advierten, como advierte un padre amantísimo, que no olvide las cadenas y llene el depósito de gasolina si se prevee nevada. La suiguiente noticia también es un recordatorio de nuestra torpeza o rijosidad: hay que utilizar preservativo y hacerlo una vez por semana. La siguiente, noticia, predica contra la gula y el descontrol alimentario: qué dieta debemos seguir y a qué hora comer (La última de ayer, que además es campaña del ministerio de sanidad, advierte a los padres de que hay que levantarse antes para poder hacer un desayuno de unos veinte minutos con los hijos antes de mandarlos al colegio). Que digamos No. Que hablemos con ellos. Que no conduzcamos. Que no rechacemos por el simple color de nuestras piel. Que....
¡quéquerequé!
Parecemos gallinas de corral.

Para acabar se permiten el exceso que da la autoridad moral de recomen
darnos los libros, las películas y los conciertos que estarían bien para nuestro fin de semana.
Las marquesinas y paradas de au
tobuses también te recuerdan que no eres bueno: no lo abandones, pon un perro en tu vida, no tires papeles, cede el asiento a los más viejos y a las embarazadas, todos somos iguales, ..., querámonos más todos, la orgía universal,... eso sí, sin pezqueñines, las puertas del paraíso terrenal nunca podrán traspasarlas los pederestas.
Y así pasa el otoño, con el corazón acongojado y el culo prieto por ver a cada paso por encontrarte en cada telediario con la evidencia de que incumples los más básicos preceptos,
aptitudes, actitudes y hábitos para ser ciudadano ejemplar de nuestra ejemplar sociedad. Ante esta constatación, no queda otra salidad que buscar el bar más cercano y beber hasta olvidar.
Que dios os guarde de los telediarios y de las marquesinas.

Salud!

08 noviembre, 2006

3EL PRECIO DE LA VIDA




Si hay algo verdaderamente íntimo en la vida de una persona, es una factura. Hasta el más trivial y arrugado ticket del supermercado se revela como una fiel y tozuda radiografía de nuestra historia. Facturas torpemente compartidas, cifras enlatadas de compras de anochecer, estrambóticos y enigmáticos tickets del chino de la esquina, y como no! tenebrosas facturas de final de mes.
El otro día descubrí que el cine cuesta lo mismo que una lata de Habitas "baby" fritas en aceite. (por cierto, si las rehogáis con ajo y un poco de jamón están buenísimas), también cuesta lo mismo que un corte de pelo en oferta en peluquerías dignas de Tim Burton. O lo mismo que un billete de metro de un día (Downtown) en Londres.
Ando detrás de un sillón para el taller, pero me he dado cuenta que por el mismo precio me puedo comprar un viaje-paquete cerrado de tres días a Roma con hotel incluído, aunque quizás me decida por ahorrar hasta el último euro y comprarme un castillo en el Ampurdán como hizo Salvador Dalí, más conocido como "Avida Dollars" todo un maestro del surrealismo y pionero de la especulación artística y la poética del dinero.
Otro artista con fama de tacaño era Picasso, a pesar de haber sido rico en vida, llevaba los trajes raídos y cuenta Brassai, en sus conversaciones con Picasso, que una visita a su estudio era como viajar a la misma Siberia. POr lo visto puestos a elegir, prefería pagar el precio de la fama y las cenas con actores y artistas del circo, que el del carbón o el sastre más elegante de París.
Vivir o morir, ¿qué precio estás dispuesto a pagar? dicen en las películas de SAW... (acaban de estrenar la número 3). Desde luego la primera parte de la saga está muy bien, un guión buenísimo, con imágenes nacidas del más siniestro subconsciente. Si tuviera más de 60 años, podría ir a verla por 1 euro los martes, pero seguramente a esas alturas, también tendría que pagar facturas de médicos y pastillajes diversos, y quien sabe si el precio de alguna decisión equivocada, así que puestos a elegir, pagaré por hoy el precio de no haber dormido suficiente y quien sabe si el de una cuantas fotocopias para el taller.
POr cierto habéis visto el precio de las fotocopias...
Ciao, Patbel

06 noviembre, 2006

INFILTRADOS


Llego a trabajar y la luna de ayer sigue ahí, viéndolo todo, contemplándolo todo y en silencio, suspendida en un lado del cielo -tan recatada es-, iluminada y blanca y perfectamente circular.
Es la luna llena, amiga de lobos y de lunáticos, compañera de bañistas desnudas y de suicidas, enemiga de las aves rapaces y de los cacos que aprovechan de la oscuridad de ciertas calles para entrar en las casas y robar los sueños de sus dueños.
Lleva ahí desde ayer, la misma luna que ya estaba ayer noche cuando salimos del cine. Por fin había dejado de llover -¡bendita lluvia!- pero las fachadas de los edificios rezumaban humedad y las calles estaban embarradas.
Calles embarradas en la ciudad. Los ciudadanos, los urbanitas no están acostumbrados y saltan con torpeza y malas caras esquivando los charcos.
Más de uno se acuerda de toda la familia del Alcalde -el munícipe por antonomasia- o por lo menos de la más cercana. Muchos no le votarán por esto. Por esto y por tanto agente de movilidad que desaparece de los cruces conflictivos cunado llueve y los semáforos dejan de funcionar (casi mejor así).
Y ahí están en el aire de la noche, revoloteando unas pocas preguntas para hacérnoslas antes de ir a la cama: ¿Acabarán las obras antes de las elecciones? ¿Seré capaz de levantarme mañana? ¿En quién se puede confiar?
"¿En quién se puede confiar?" Le pregunta Costelo a su amigo el Francés. ¿En quién se puede confiar en este mundo lleno de ratas?
Martin Scorsesse lo ha vuelto a hacer, ha vuelto a regalarnos una magnífica película: INFILTRADOS. Es un maestro que se permite el lujo de jugar con las cartas levantadas y mantenerte sentado durante más de dos horas.

Ideal para olvidarse del alcalde y de las obras, para comentarla con la luna o con tu novia.
SAlud

02 noviembre, 2006

DÍA DE DIFUNTOS

Del día de Todos los Santos recuerdo el último sol prendido de los cipreses en el cementerio -los cipreses son tan serios, tan formales, que no cambian de color y nunca invitan al otoño-. Recuerdo lo inconcebible de que fueran todos y la pregunta oportuna y lógica de niño ¿cuántos son? ¿Cuántos santos son todos?. Recuerdo un arrastrar de terciopelo gris las sílabas y el extrañamiento de una fiesta sin fiesta -he olvidado si la comida era de fiesta o de día de diario-.
El Día de Difuntos era otra cosa. Tal vez ayudara a ello que venía precedido por los santos como teloneros y el espíritu y el ánimo ya estaba dispuesto para ello. Del día de Difuntos me quedará siempre una calavera y una palabra. La palabra es 'catafalco':
Túmulo adornado con magnificencia, el cual suele ponerse en los templos para las exequias solemnes. En la novena de difuntos, en el pasillo central de la iglesia de mi pueblo colocaban un enorme catafalco que era como un ataúd en alto cubierto por densas telas negras. En la cabecera del mismo, una calavera. Me estoy viendo allí sentado, fascinado por el negro y por la calavera.
La Iglesia, en mi opinión equivocadamente, ha pretendido la modernidad renunciando a catafalcos y otras dramatizaciones. Qué error, es ahí donde reside lo moderno.

Cómo olvidar a Don Juan, pero más que a Don Juan, al Comendador, comensal ejemplar, convidado educado, que aún muerto se presentá a la puerta de Don Juan para la cena. Hace unos años fui a ver el Tenorio al Teatro Español por estas fechas y no me decepcionó.
Ahora, tan contradictorios como siempre, tan insoportablemente contradictorios y hasta imbéciles, he
mos tomado la tradición foránea y ajena de Halloween. Imitamos y copiamos malamente y con vacio, las costumbres del país, del imperio del que abominamos, al que aborrecemos y contra el que nos matifestamos y ensuciamos las paredes.
En fin, más allá de si la muerte es el camino o la muerte es el final, obviando si la muerte es tránsito o apagón de luz definitivo, la pregunta sigue siendo la misma, seguirá siendo la misma por los siglos de los siglos, la pregunta no es si hay vida después de la muerte, la pregunta es si hay vida antes de la muerte.
Por vuestros muertos.
Salud