30 abril, 2009

ÓJALA


Había oído hablar de la existencia de este tipo de puertas, pero no había llegado a conocer ninguna. No por ello dudaba de que las hubiera.
Por regla coronel, suelo creer en algo hasta que se demuestre que es falso y por lo tanto, que carece de la realidad. En ese momento, resulta inevitable destilar cierta nostalgia por lo que no ha llegado a ser.
No me importa confesar que sigo creyendo en unicornios y centauros, y así lo haré hasta el momento en que compruebe que no existen.
Ójala no llegue nunca.

4 comentarios:

tu ya sabes quien dijo...

Ojalá que la lluvia deje de ser el milagro que corre por tu cuerpo, ojalá que el deseo se vaya tras de tí...

algunos también sentimos nostalgia de lo que sigue siendo a pesar de uno mismo...

Lur dijo...

Demosotrar la no existencia de algo es tan complicado como demostrar que no has hecho algo.

Anónimo dijo...

¿te presentas en el Ateneo? se puede ir todo el mundo? ¿habrá vino español?

O dijo...

Presentamos en El Ateneo la novela. Puede ir todo el mundo de buena voluntad y no, no creo que haya vino español. En León si lo hubo, ya lo creo.
Espero verte allí, anónimo.