27 febrero, 2007

SONRIA POR FAVOR


Cuando los Marx Brothers se disponían a rodar una película titulada A Night in Casablanca (1946), recibieron la amenaza de una acción legal por parte de los Warner Brothers, que, cinco años antes, habían hecho una película titulada simplemente Casablanca (con Humphrey Bogart e Ingrid Bergman como protagonistas). Ante ello Groucho, en nombre propio y en el de sus hermanos, les dirigió inmediatamente las siguientes cartas:
"Queridos Warner Brothers:
Al parecer hay más de una forma de conquistar una ciudad y de mantenerla bajo el dominio propio. Por ejemplo, hasta el momento en que pensamos (en) hacer esta película, no tenía la menor idea de que la ciudad de Casablanca perteneciera exclusivamente a los Warner Brothers. Sin embargo, pocos días después de anunciar nuestra película recibimos su largo y ominoso documento legal en el que nos conminaba a no utilizar el nombre de Casablanca.
Sencillamente, no comprendo su actitud. Aun cuando pensaran en la reposición de su película, estoy seguro de que el aficionado medio al cine aprendería oportunamente a distinguir entre Ingrid Bergman y Harpo. No sé si yo podría, pero desde luego me gustaría intentarlo.
Ustedes reivindican su Casablanca y pretenden que nadie más pueda utilizar este nombre sin su permiso. ¿Qué me dicen de "Warner Brothers"? ¿Es de su propiedad también? Probablemente tengan ustedes el derecho de utilizar el nombre de Warner, pero ¿y el de Brothers? Profesionalmente, nosotros éramos "brothers" mucho antes que ustedes.....
Y ahora, Jack, hablemos de usted. ¿Diría usted que es el suyo un nombre original? PUes no lo es. Se utilizaba mucho antes de nacer usted. Sobre la marcha recuerdo a dos Jack: había el Jack de Jack and the Beanstalk y Jack el Destripador, que se hizo un bonito renombre en su día....
POr alguna curiosa razón, esta carta pareció confundir al departamento jurídico de la Warner Brothers. Les respondieron _con toda seriedad_ preguntando si los Marx podrían darles alguna idea sobre el argumento de la película. Estos pensaron que podría llegarse a un acuerdo. Así que Groucho respondió:
"Queridos Warner.
NO puedo contarles gran cosa sobre el argumento de la película. En ella interpreto a un doctor en teología que asiste a los nativos y, como pasatiempo, vende como charlatán abrelatas y chaquetones de marinero a los salvajes de la Costa de Oro africana.
Cuando encuentro por primera vez a Chico, éste trabaja en una taberna y vende esponjas a los clientes habituales, incapaces de soportar su dosis de alcohol. Harpo es un cadí árabe que vive en una pequeña urna griega en los arrabales de la ciudad.
Cuando empieza la película, Potaje, un tímida nativa, está afilando flechas para una cacería. Paul Resaca, nuestro héroe, enciende continuamente dos cigarrillos a la vez. Evidentemente, ignora los racionamientos de tabaco.
Hay muchas escenas esplendorosas y de violentas rivalidades, y Color, un joven mensajero abisinio, dirige el Tumulto. El Tumulto, por si nunca ha estado allí, es un pequeño night club de las afueras de la ciudad. .
En la segunda versión hago el papel de Burdel, la novia de Humprey Bogart. Harpo y Chico son vendedores de alfombras que están hartos de desenrrollar alfombras y entran en un monasterio en busca de picos pardos. Pero se llevan un buen chasco, puesto que no ha habido picos pardos en el lugar durante los últimos quince años.
Enfrente de ese monasterio, junto el muelle, hay un hotel que mira al mar, atestado de damiselas de fresca tez, la mayoría de las cuales han sido vetadas por la Oficina Hays por busconas.
En el quinto rollo, Gladstone hace un discurso que conmociona la Cámara de los Comunes e inmediatamente el Rey pide su dimisión. Harpo se casa con un detective de Hotel y Chico dirige una granja de avestruces.
Como pueden ver, se trata de un argumento muy chapucero. Y, si la ocasión es propicia, esta película puede ser el cañonazo inicial de un nuevo desastre universal."
Respetuosamente suyo,
Groucho Marx."
....QUE TENGAN BUEN DÍA!!!
cIAO, Patbell.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

demasiado largo!! los Marx son para verlos y no para leerlos!!

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo contigo en que los Marx son para verlos. Pero no excluye leer a Groucho Marx, una auténtica delicia para gente lenta como yo. Te recomiendo por ejemplo "Las memorias de un amante sarnoso".

Anónimo dijo...

Siempre nos quedará el epitafio de Groucho: "Disculpe si no me levanto a saludarle"

Anónimo dijo...

"Nunca pertenecería a un club que me admitiera como socio"