30 mayo, 2006

REMBRANDT&CARAVAGGIO



Martes, 30 de Mayo. ¿Qué diría el Rey Fernando si el día en que se celebra su onomástica coincidiera con el Debate sobre el Estado de la Nación?
A buen seguro, Don Fernando III, padre de Alfonso X El Sabio, conquistador de Sevilla y Santo, no habría tenido entre sus virtudes la paciencia para soportar tantas estupideces, vilezas y mentiras como las que se dan cita en un debate como éste, que no tiene otro fin que el de recordarnos la ínfima calidad de la clase política que nos gobierna.
Confienso, no sin cierto rubor, que yo antes lo seguía e inevitablemente siempre se me disparaban los niveles de cólera e impotencia en la sangre. Ya no lo hago. Sin necesidad de ayuda ni de fundaciones para la ayuda he logrado salir de esa negra espiral y ahora llevo la vida de un hombre normal. La única secuela que me ha quedado es que los días en que se celebra necesito escapar, evadirme, huir de tortura tan sibilinamente democrática.
Como hoy estoy en Madrid, no me queda otra opción que viajar con la memoria a los recuerdos de mi último viaje: Amsterdam.
Nuestra querida Santa, la de Nápoles, ya nos dejó una sintética descripción de la ciudad, así que hablaré del motivo que nos llevó hasta allí.
Se cumplen ahora 400 años del nacimiento de Rembrandt y el plato fuerte de la conmemoración es una Exposición en la que se reunen obras de dos de los más grandes maestros del Barroco y de la Pintura: el propio Rembrandt y el genial Caravaggio. Y éste, Caravaggio, fue el motivo de nuestro viaje. Llevo algunos años recorriendo Europa siguiendo las obras de este artista único y revolucionario. Es una especie de pasión e interés lo que siento por él, y entre mis proyectos a medio plazo se encuentra una novela sobre su vida y obra. El lema que él llevaba grabado en su espada lo he hecho mío: Nec Spe Nec Metu. Ésta exposición es una oportunidad irrepetible para comparar las obras de ambos pintores. Como la muestra está diseñada enfrentando, encarando telas de una misma temática nos permite como pocas veces contrastar los distintos temperamentos, los distintos pulsos, los distintos colores (Por cierto, Rembrandt acaba en ese colorido terroso y ocre, entre otros motivos, porque no tenía dinero para comprar azules o verdes). Hay buenos lienzos: El martirio de San Esteban, El amor victorioso, El prendimiento de Cristo, La cena de Emaus,... Nadie sabe lo que es la expresión de la más íntima tristeza, del dolor más íntimo -aquél que es provocado por la traición de un amigo- hasta que no ha visto la expresión del rostro de Jesús en el instante justo en que Judas lo besa. Puedes pasarte horas contemplándolo. A su lado estaba La negación de Pedro, de Rembrandt, y hay un Cristo a lo lejos que se vuelve para ver cómo le niega su discípulo. Por un momento uno es transportado a aquella hoguera en las callejuelas de Jerusalem, entorno al Templo. ¡Qué noche más obscura!
Quizás, pero no puedo ser objetivo, de todos los enfrentamientos silenciosos que se dan en el espacio de la muestra, para mí resulta vencedor el italiano, de todos salvo del retrato de su hijo Titus y del retrato de un noble en el que debo conceder la victoria al holandés.
Otro día tal vez sea un buen día para reflexionar sobre el bien de este tipo de exposiciones. Por un lado fomentan el Arte, lo propagan. Por otro lado hacen del Arte un producto fugaz y vano, apto para ser consumido en el espacio de un paseo y asimilado con la grabación de unos auriculares (eso sí, en distintos idiomas). ¿Dónde queda lo eterno y permanente?
Otro día, tal vez.
Pd: Os recomiendo visitar la página y ver las obras expuestas: Rembrandt&Caravaggio y jugar con ellas con la lupa.
También merece la pena ver, en el caso de que os acerquéis hasta Amsterdam, en la Plaza de Rembrandt un conjunto escultórico que representa La Ronda de nonche. Es realmente fascinante comprobar cuánto volumen es capaz de contener un plano.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Your are Excellent. And so is your site! Keep up the good work. Bookmarked.
»

Anónimo dijo...

This site is one of the best I have ever seen, wish I had one like this.
»