Los cielos no mostraron el menor desaliento cuando se les comunicó. No han cesado un instante de pasar sobre mi cabeza, aunque ya habían sido informados de que yo hibernaba y no podría verlos, ni podría sentir mi pequeñez al contemplarlos, ni maravillarme ante su belleza ni maldercirlos por ignorar aún todos sus secretos.
Entre otros, pasaron Casiopea -la princesa- acompañada por el Arquero y el Auriga, que traían al Delfín.
Yo hibernaba y no pude verlos.
Meto la mano en el bolsillo interior de mi chaqueta -donde llevo siempre el lapicero- y me encuentro un papel doblado en ocho. En el más interior de los dobleces alguien ha escrito:
"¿Estos cielos que pasaron sin que tu los vieras te parecen prueba suficiente de la existencia del mundo exterior objetivo e independiente del sujeto y de su percepción? ¿Se ha dado respuesta al oráculo de Berkley?"
No es fácil. Pensativo dejo de mirar al cielo y con los ojos de vuelta a la tierra comtemplo que los tomates han madurado y se han puesto rojos.
Entre otros, pasaron Casiopea -la princesa- acompañada por el Arquero y el Auriga, que traían al Delfín.
Yo hibernaba y no pude verlos.
Meto la mano en el bolsillo interior de mi chaqueta -donde llevo siempre el lapicero- y me encuentro un papel doblado en ocho. En el más interior de los dobleces alguien ha escrito:
"¿Estos cielos que pasaron sin que tu los vieras te parecen prueba suficiente de la existencia del mundo exterior objetivo e independiente del sujeto y de su percepción? ¿Se ha dado respuesta al oráculo de Berkley?"
No es fácil. Pensativo dejo de mirar al cielo y con los ojos de vuelta a la tierra comtemplo que los tomates han madurado y se han puesto rojos.
2 comentarios:
Nunca se ha aceptado un cielo como prueba! Qué dislate!
Son los cielos los que se mueven sobre nuestras cabezas o nuestras cabezas las que pasan bajo sus pies?
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