12 febrero, 2010

INDECISOS (8)

Algunos,
los menos,
a mitad de camino quisieron dar la vuelta.
Tal vez porque dejaban mucho atrás,
todo lo que conocían,
quizás porque llegaban rumores de que el gobierno en el exilio también había sido derribado, o se había vendido.
No hubo piedad para ninguno de ellos,
arrepentidos, indecisos o...
de pronto iluminados.
Esta noche, volverán a salir las ordas de sedientos a la caza.

15 comentarios:

Mandarina dijo...

Ordas de sedientos.... umh
Sedientos de qué?

Cacho MELON dijo...

¡jaajaJAJA, A QUien se le ocurre!! travestirse de ciruela!! es lo que pasa con el CArnaval, andamos queriendo ser otra cosa...

Caracolcolcol dijo...

Y el misterio que sonaba en el bolsillo? Qué ha sido de él. No nos digas que nos vas a dejar así...

observerdor dijo...

de ciruela nada, en todo caso tomate travestido de pasa. El invierno le pilló adolescente y sus sueños de formar parte de una boloñesa o un pisto se congelaron( a -14º C para ser exactos)

Anonima dijo...

"...If you want me let me know when you want to get my car..."

onofre dijo...

which are your car? where are its keys?

Arthur Aron, University of NY dijo...

"Enamorarse produce un efecto cerebral similar a una dosis de cocaína"

Anónimo dijo...

me gustaban más los comentarios sobre las huellas en la nieve. Porque yo creo que le cogiste en brazos a ella..porque ella los necesitaba..

Paul Neru dijo...

"... y te alcé en mis brazos y te clavé a mis besos y entonces... ay gran amor, pequeña amada, no mediste mi estatura..."

Anónimo dijo...

Fueron a por hielo!

Horse dijo...

Yo no tengo miedo. No tengo miedo ni al hielo ni al invierno, ni a irme ni tampoco a regresar.

Anónimo dijo...

"Yo fui también, antaño, un columpiador de árboles;
muy a menudo sueño en que volveré a serlo,
cuando me hallo cansado de mis meditaciones,
y la vida parece un bosque sin caminos
donde, al vagar por él, sentirnos en la cara
ardiente el cosquilleo de rotas telarañas,
y un ojo lagrimea a causa de una brizna,
y quisiera alejarme de la tierra algún tiempo,
para luego volver y empezar otra vez.
Que jamás el destino, comprendiéndome mal,
me otorgue la mitad de lo que anhelo
y me niegue el regreso. Nada hay, para el amor,
como la tierra; ignoro si existe mejor sitio.
Quisiera encaramarme a un abedul, trepar,
por las ramas oscuras del blanquecino tronco
y subir hacia el cielo, hasta que el abedul,
doblándose vencido, me volviese a la tierra.
Subir y regresar sería muy hermoso.
Pues hay cosas peores en la vida que ser
un columpiador de árboles."

R. Frost.

Oscar dijo...

Gracias, R. Frost.
Qué maravilla de palabras.
Salud

Maxibamato dijo...

El amor es una droga maravillosa y natural...subir....bajar....vivir...de toda la vida de Dios

frosty dijo...

aunque no he puesto el coment anterior sabía que Frost te iba a gustar, además de su oportuno apellido, estoy seguro que sería feliz en el Aleph
(luego te mando algo al mail)