15 abril, 2008

LA AVIONETA

Al rematar el segundo piso, los obreros se disponen a saludar al público. Se quitan los cascos y se inclinan en reverencia copiada de otros escenarios.
Ovación cerrada. Incluso algún "¡Bravo!" sentido, salido de las profundidades de un alma emocionada.
Se retiran.

Sin solución de continuidad, en el piso superior, es decir, el 3º aparece una nueva cuadrilla, con monos limpios y con cascos nuevos, éstos, de color amarillo nápoles. Es suficiente un gesto autoritario del capataz y todos comienzan a moverse como si se tratara de un engranaje perfecto y engrasado.


Cada segundo que pasa me siento mejor. No se trata de un relajamiento lacio, sino de una serenidad firme y segura. Poco a poco voy representándome la imagen de la respuesta que busco.

Una avioneta rasga el cielo sin nubes. Lleva a su cola una tira publicitaria:
"Pitágoras. Un Campeón de la Filosofía pensado para ti"

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Por qué tres pisos?
Me gusta. Yo creo que en los números impares está la perfección.

Anónimo dijo...

Claro, los impares son como una avanzadilla que tira del resto del pelotón y lo hace avanzar.
Los pares, en contra, están acomodados.
Pequeños burgueses!

Anónimo dijo...

El 3 es un chulo insoportable! Siempre mirando por encima del hombro!

Anónimo dijo...

Un enfermo, eso es lo que es, siempre aconsándome!

Anónimo dijo...

Cuánta tontería! El 3 es un primo y basta.

Anónimo dijo...

A los defensores del 2... ¿No aceptaríais un trío?

El tres es perfecto.

Anónimo dijo...

No tenéis remedio. Hasta los números os ponen.
Mátemáticos pervertidos, eso es lo que sois.

Anónimo dijo...

La verdad es que yo tambien habia pensado en un trio, pero me parecia poco original. Asì que...mejor dormir a "quattro di bastoni".