Creíamos que habíamos avanzado un poco, pero la noche recupera esos pocos instantes, apenas minutos, que con tanto esfuerzo le había ido sustrayendo el día.
Hoy es de noche aún cuando llegó a la universidad y al salir de casa llueve y hace viento.
La lluvía en el parabirsas y el calor de la calefacción convierten el habitáculo del coche en un paisaje de soledad y melancolía.
Paisaje de otro tiempo, de otros meses, del invierno.
Creíamos que habíamos avanzado un poco y que de un salto nos habíamos plantado en la primavera. Y siempre tan ingénuos y engreídos, ya estábamos dispuestos a hacer hueco en los armarios, a renovar la sangre y a padecer alergias.
Pero el invierno seguía ahí, agazapado en las montañas, detrás de aquellos árboles.
Igual que a Sísifo se nos ha vuelto a caer el balón cuesta abajo. Tendremos que volver por él y otra vez comenzar a subir, con la esperanza de la primavera, que por otra parte se hará inevitable, perdiendo así todo su encanto.
Pongo la radio, pero enseguida me doy cuenta de que hoy no la soporto. No quiero saber nada. Yo también estuve en Roma y me dicen que allí todo funciona mucho peor. Y sin embargo, Roma no me duele y esto de aquí sí.
Postergo la lectura de periódicos serios y busco en otros noticias limpias de lo político, inofensivas, entretenidas. Busco una avestruz.
Pero, quién puede sentirse a salvo en estos días. En la columna más inesperada aguarda como un francotirador la realidad y tiene la mira bien calibrada para acertarte, para no fallar. En una esquina preguntan por la palabra "secreta" más elegida los ciudadanos como clave de peligro para dar a las compañías de seguridad en caso de emergencia. Entro inocente en el portal para ver cuál es y allí, en la penumbra, siento en mi estómago el implacable acero de una puñalada: "Zapatero", es la palabra clave más elegida para avisar del peligro.
Sin duda hoy es buen día para cortarme el pelo.
Salud.
Oscar M. Prieto
Hoy es de noche aún cuando llegó a la universidad y al salir de casa llueve y hace viento.
La lluvía en el parabirsas y el calor de la calefacción convierten el habitáculo del coche en un paisaje de soledad y melancolía.
Paisaje de otro tiempo, de otros meses, del invierno.
Creíamos que habíamos avanzado un poco y que de un salto nos habíamos plantado en la primavera. Y siempre tan ingénuos y engreídos, ya estábamos dispuestos a hacer hueco en los armarios, a renovar la sangre y a padecer alergias.
Pero el invierno seguía ahí, agazapado en las montañas, detrás de aquellos árboles.
Igual que a Sísifo se nos ha vuelto a caer el balón cuesta abajo. Tendremos que volver por él y otra vez comenzar a subir, con la esperanza de la primavera, que por otra parte se hará inevitable, perdiendo así todo su encanto.
Pongo la radio, pero enseguida me doy cuenta de que hoy no la soporto. No quiero saber nada. Yo también estuve en Roma y me dicen que allí todo funciona mucho peor. Y sin embargo, Roma no me duele y esto de aquí sí.
Postergo la lectura de periódicos serios y busco en otros noticias limpias de lo político, inofensivas, entretenidas. Busco una avestruz.
Pero, quién puede sentirse a salvo en estos días. En la columna más inesperada aguarda como un francotirador la realidad y tiene la mira bien calibrada para acertarte, para no fallar. En una esquina preguntan por la palabra "secreta" más elegida los ciudadanos como clave de peligro para dar a las compañías de seguridad en caso de emergencia. Entro inocente en el portal para ver cuál es y allí, en la penumbra, siento en mi estómago el implacable acero de una puñalada: "Zapatero", es la palabra clave más elegida para avisar del peligro.
Sin duda hoy es buen día para cortarme el pelo.
Salud.
Oscar M. Prieto
6 comentarios:
que bien!! reflexivo y con un punto irónico que da mola...
en mi casa decíamos "panceta" (eso sí que es peligroso) de contraseña de peligro, pero luego decíamos "tocino" o "bacon" y no valía, la tuvimos que cambiar por "Kazán" que era un perro que nos mordía a unos cuantos de la familia.
Yo tuve un perro que se llamaba Trosky y acabo loco, como no podía ser de otra manera.
Hoy temo que el viento me lleve el alma, pesa tan poco.
A mí ya me voló el sombrero.
A estas alturas, no sé cómo aún puedes entrar inocente en un noticiero...Cuidado, no se te vayan a ir las fuerzas con el corte de pelo, que te harán falta para la manifestación del sábado.
"hay que vivir en inteligencia con el sistema y en revuelta contra sus consecuencias. Hay que vivir con la idea de que hemos sobrevivido a lo peor"
Baudrillard.
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