Por las mañanas o noches, cuando llego a trabajar oigo los gallos de una granja cercana. Dios aún no se ha levantado y no ha tenido tiempo de separar la luz de las tinieblas, ni de pronunciar el celebérrimo imperativo por el cual ha pasado a la posteridad: Hágase la luz.
Dice un poeta amigo -aunque muriera antes de que yo naciera- que cuando Dios creó la luz en las primeras horas del Génesis -que yo siempre me he imaginado como una huelga a la japonesa- se dio cuenta cuando ya era tarde de que la sombra estaba allí. Fuen entonces cuando tuvo que cambiar sus planes y crear al hombre -algo que un principio no tenía pensado-. Al hombre lo creó y le dio la espada del llanto para combatir a la sombra.
Fuera como fuere, la luz desde entonces ha sido símbolo de la divinidad. También ha sido considerada como imagen del conocimiento y de la sabiduria. Tenemos las palabras ilustrar e Ilustración, que vienen a ser algo así como dar luz. Y por influencia de Sócrates que identificó el conocimiento supremo del sol -alegóricamente- con el bien supremo, la luz, también es epifanía del bien y la bondad.
Pero la luz no siempre se ha quedado en templos, palacios o universidades. También ha salido a la calle. La luz rojá, casi avergonzada de sí misma, desde tiempo inmemorial ha sido reclamo de placer, vicio y pecado -esta secuencia se la debemos al amigo de Tarso, un tal Saulo-.
Allí donde hubiera un farolillo rojo o un neón, allí habría una puta. Tal vez otro día hablemos de putas, de su importancia política y social en la república romana, o de las actas de la Santa Inquisición al respecto. Pero hoy venimos a hablar de luz, de la luz, de la luz roja o más bien de la luz verde, de los verdes y de las estupideces.
Uno de los reclamos de la ciudad de Amsterdam es el Barrio Rojo. Esta primavera estuvimos paseando por esta maravillosa ciudad y el Barrio Rojo, una vez más, nos resultó deprimente. La perfecta metáfora del antídoto de la lujuria.
Los ecologistas, siempre tan dispuestos a los numeritos -¿Qué me decis de aquel "Nuclear No" con el que nos han estado tomando el pelo las última décadas para que al final resulte que la energía nuclear es de momento el menor de los males? Y por favor reconozcamos que necesitamos energía antes de contestar cualquier bobada-, desconozco si en connivencia con las autoridades, han decidido cambiar los farolitos rojos, por bombillas de bajo consumo y de color verde.
Tal vez sea grande el ahorro porque allí las tienen encendidas noche y día. Pero también es posible que alguien en asociación de ideas puede llegar a colegir que ir de putas es ser ecologista.
Como podéis ver por la fotografía, si antes resultaba deprimente, ahora se acerca peligrosamente a lo espectral y alguno lo puede confundir con un cementerio en la noche de los fuegos fatuos.
Pero cualquiera dice algo contra los ecologistas.
Salud.
Pd: Os recomiendo que veáis el video que aparece en esta dirección:
españa no es españa
Dice un poeta amigo -aunque muriera antes de que yo naciera- que cuando Dios creó la luz en las primeras horas del Génesis -que yo siempre me he imaginado como una huelga a la japonesa- se dio cuenta cuando ya era tarde de que la sombra estaba allí. Fuen entonces cuando tuvo que cambiar sus planes y crear al hombre -algo que un principio no tenía pensado-. Al hombre lo creó y le dio la espada del llanto para combatir a la sombra.
Fuera como fuere, la luz desde entonces ha sido símbolo de la divinidad. También ha sido considerada como imagen del conocimiento y de la sabiduria. Tenemos las palabras ilustrar e Ilustración, que vienen a ser algo así como dar luz. Y por influencia de Sócrates que identificó el conocimiento supremo del sol -alegóricamente- con el bien supremo, la luz, también es epifanía del bien y la bondad.
Pero la luz no siempre se ha quedado en templos, palacios o universidades. También ha salido a la calle. La luz rojá, casi avergonzada de sí misma, desde tiempo inmemorial ha sido reclamo de placer, vicio y pecado -esta secuencia se la debemos al amigo de Tarso, un tal Saulo-.
Allí donde hubiera un farolillo rojo o un neón, allí habría una puta. Tal vez otro día hablemos de putas, de su importancia política y social en la república romana, o de las actas de la Santa Inquisición al respecto. Pero hoy venimos a hablar de luz, de la luz, de la luz roja o más bien de la luz verde, de los verdes y de las estupideces.
Uno de los reclamos de la ciudad de Amsterdam es el Barrio Rojo. Esta primavera estuvimos paseando por esta maravillosa ciudad y el Barrio Rojo, una vez más, nos resultó deprimente. La perfecta metáfora del antídoto de la lujuria.
Los ecologistas, siempre tan dispuestos a los numeritos -¿Qué me decis de aquel "Nuclear No" con el que nos han estado tomando el pelo las última décadas para que al final resulte que la energía nuclear es de momento el menor de los males? Y por favor reconozcamos que necesitamos energía antes de contestar cualquier bobada-, desconozco si en connivencia con las autoridades, han decidido cambiar los farolitos rojos, por bombillas de bajo consumo y de color verde.
Tal vez sea grande el ahorro porque allí las tienen encendidas noche y día. Pero también es posible que alguien en asociación de ideas puede llegar a colegir que ir de putas es ser ecologista.
Como podéis ver por la fotografía, si antes resultaba deprimente, ahora se acerca peligrosamente a lo espectral y alguno lo puede confundir con un cementerio en la noche de los fuegos fatuos.
Pero cualquiera dice algo contra los ecologistas.
Salud.
Pd: Os recomiendo que veáis el video que aparece en esta dirección:
españa no es españa
5 comentarios:
Me ha gustado este artículo. Es bueno. Lástima que sea seguro un enlace para justificar las acciones en contra de la ecología (muy diferente a ecologistas) de la Junta de Castilla y León (nunca castellanoleonesa como quiere la RAE confundirnos) reventando los pocos bosques que nos quedan. Cierto es que nunca será más importante una pareja de águilas imperiales, aunque sea la última sobre la faz de la tierra, que cualquier ser humano (lo digo sin detenerme a pensar en algunos que me harían desdecirme); pero seguro que son más importantes que un hierro del número siete, unos horribles pantalones bombachos a cuadros o un polo rosa con cocodrilo delante.
Ni mentar a la Real Academia ni a la Junta. La REal Academia desde que permitió que se sentaran en ella Ansón y el último director de los informativos de la tv franquista, ¿cómo se llama?, Cebrián, desaguisado que engrosó dando cabida al idiota de Pérez Reverte, no merece el menor de los respetos.
Quiénes se creen para unir en una palabra lo que esta separado. Castilla y León. Dos realidades distintas unidas por la perfidia política de Rodolfo.
Pablo, ilustranos con un artículo.
la verdad es que el verde me suena a dolor de estómago!! vaya espantajas! con la luz roja daba más miedo y más morbo, pero de todas formas el sexo ha dejado de ser algo rojo, puede que ahora sea verde...puede que sí.
ahora el auténtico morbo está en esos bombachos con polosaurio!! uummmmm....
Bombachos con polosaurio?
Éxplicate Pabel, por favor.
Ay Evaristo!!! pero con lo listo que...
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