
Cantando la Cigarra pasó el verano entero, sin hacer provisiones allá para el invierno; los fríos la obligaron a guardar silencio y a acogerse al abrigo de su estrecho aposento. Viose desproveída del preciso sustento: sin mosca, sin gusano, sin trigo y sin centenno. Habitaba la Hormiga allí tabique en medio, y con mil expresiones de atención y respeto la dijo: "Doña Hormiga, pues que en vuestro granero sobran las provisiones para vuestro alimento, prestad alguna cosa con que viva este invierno esta triste Cigarra, que, alegre en otro tiempo, nunca conoció el daño, nunca supo tenerlo. No dudéis en prestarme; que fielmente prometo pagaros con ganancias por el nombre que tengo". La codiciosa HOrmiga respondió con denuedo, ocultando a la espalda las llaves del granero: "¡Yo prestar lo que gano con un trabajo inmenso! Dime, pues, holgazana ¿qué has hecho en el buen tiempo?". "Yo, dijo la Cigarra, a todo pasajero cantaba alegremente, sin cesar ni un momento". "¡Hola! ¿con que, cantabas cuando yo andaba al remo? Pues ahora, que yo como, baila pese a tu cuerpo".
(Samaniego)
Queridos ciudadanos, regularizados y sin papeles de M
etacosmia:
Es hora de despedirse.
No seáis codiciosos como la Señora Hormiga, antes bien, cantad siempre a todo pasajero. Compartid vuestra alegría con conocidos y con desconocidos, pues a diferencia de la mayoría de las cosas, la alegría no disminuye al compartirse, antes bien se multiplica exponencialmente. Sed generosos antes que previsores. Sed valientes antes que precavidos. Disfrutad el presente, el verano, sin dejar de vivirlo por lo que está por venir, amargados por la promesa del invierno. La vida es un instante y yo os deseo felicidad eterna.
Salud.
Oscar M. Prieto
(Samaniego)
Queridos ciudadanos, regularizados y sin papeles de M

Es hora de despedirse.
No seáis codiciosos como la Señora Hormiga, antes bien, cantad siempre a todo pasajero. Compartid vuestra alegría con conocidos y con desconocidos, pues a diferencia de la mayoría de las cosas, la alegría no disminuye al compartirse, antes bien se multiplica exponencialmente. Sed generosos antes que previsores. Sed valientes antes que precavidos. Disfrutad el presente, el verano, sin dejar de vivirlo por lo que está por venir, amargados por la promesa del invierno. La vida es un instante y yo os deseo felicidad eterna.
Salud.
Oscar M. Prieto