21 marzo, 2013

LAS TRENZAS



El caballero llegó tarde. No debía haberse entretenido matando dragones. 
Hacía sólo un minuto que la princesa, cansada de esperar, había cogido las tijeras y cortado sus largas y sedosas trenzas. Así se lo hizo saber a través de una paloma mensajera. Ni siquiera quiso asomarse ella a la ventana para decírselo de viva voz.
Aquellas trenzas eran la escalera y la promesa. Ahora ya no podría escalar la torre. 
Se alejó de allí maldiciendo para sus adentros:
    - Maldito reloj de sol. Siempre falla en los días nublados.
La princesa, por su parte, al mirarse en el espejo, pensó que no le quedaba nada mal el pelo corto.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Aunque las trenzas se haya cortado,
la nueva imagen dejará al príncipe helado,

Princesa despreocupada de su largo cabello,
sintió la necesidad de cortar por lo sano el pasado,
apreciando lo bello en lo nuevo.

R.S.B.

Anónimo dijo...

Buena moraleja nos enseña la altiva princesa y el principe malhumorado.