07 julio, 2011

VERANO


El verano también llega a Patacosmia.
Es un buen momento para retirarse a una isla
y desde la serenidad que da sentirse rodeados de agua
volver a rempensar el mundo, el universo y a nosotros mismos,
y darnos una forma nueva, cambiar la configuración de las estrellas, los nombres de las constelaciones, la orografía de los continentes y las desembocaduras de los ríos, y si es preciso -o por capricho- también el sentido de la sangre en nuestros corazones.
Todo es posible en un verano, una ventana en el espacio-tiempo con tanta potencia como un ¡claaro!

3 comentarios:

Alsol dijo...

Yo quiero dos soles para que nuestra órbita a su alrededor sea el símbolo de infinito.

Jocker dijo...

Yo quiero un que la tierra sea un planeta cuadrado, para jugar mejor a los dados.

blind dijo...

Yo me conformo con canviar de ojos, de mirada.