
Una vez sorteado o atravesado el círculo, la trampa, el tiempo continúa y debemos seguir avanzando.
Pero el mundo se evidencia distinto después de haber tenido la experiencia de una trampa, de tener conocimiento de la existencia de trampas -emboscadas y desfiladeros- y por lo tanto, también, de seres tramposos.
Tahures.
Encontraremos racimos de ojos, apenas disimulados, vigilando todos y cada uno de nuestros movimientos e intenciones en jardines y parques.
Antes de la trampa, sólo hubiéramos visto los frutos blancos, blandos y redondos de una planta.