29 mayo, 2009

SU MOMENTO


El viajero aguardó pacientemente a que llegara su turno.
Tras la línea amarilla.
Y llegó su momento.
Y fue amado.
Y aunque estaba anunciado claramente en la cartelería de los aeropuertos y aduanas,
el amor no dejó de ser una sorpresa, para él.
Le sorprendió, incluso más que cuando presenció aquel cielo comprendido en el cáliz de una flor.
Se trataba entonces de una cala.

4 comentarios:

Bee dijo...

Espero a ser amada, detrás de línea amarilla. No os olvidéis de mí, por favor.

desde Usera con amor dijo...

las calas huelen¿

The gardener dijo...

Las calas huelen a calas.

Anónimo dijo...

"¡las calas huelen a calas!"
!¿QUé es esto...un anuncio de compresas?!"