
No tardaron en ponerse de acuerdo y todos votaron a favor. Abril ya había sufrido suficientes años por los versos del maledetto Elliot y debería dejar de ser el mes más cruel.
No obstante nadie quiso asumir la enorme responsabilidad de sustituirlo en esa cualidad.
Se despidieron y se fueron en grupillos o facciones.
Llamó especialmente la atención la animada conversación con la que se iban Febrero y Julio.