
El viajero aguardó pacientemente a que llegara su turno.
Tras la línea amarilla.
Y llegó su momento.
Y fue amado.
Y aunque estaba anunciado claramente en la cartelería de los aeropuertos y aduanas,
el amor no dejó de ser una sorpresa, para él.
Le sorprendió, incluso más que cuando presenció aquel cielo comprendido en el cáliz de una flor.
Se trataba entonces de una cala.
Tras la línea amarilla.
Y llegó su momento.
Y fue amado.
Y aunque estaba anunciado claramente en la cartelería de los aeropuertos y aduanas,
el amor no dejó de ser una sorpresa, para él.
Le sorprendió, incluso más que cuando presenció aquel cielo comprendido en el cáliz de una flor.
Se trataba entonces de una cala.