Será
por el calor o el letal bombardeo, el caso es que leyendo en el refugio antiaéreo este
texto desde la terraza de Italo Calvino, en lugar de palomas, me ha dado por creer que habla
de otra especie, plaga, más nefasta y cagona que la de estos pájaros. De la
misma familia, pues son pájaros también, pero con piernas.
¡Cuidado
que viene la canícula!
Salud
Oscar M. Prieto
¡sht!
¡sht! El señor Palomar corre por la terraza para espantar a las palomas que se
comen las hojas de la gazania, acribillan a picotazos las plantas carnosas, se
agarran con las patas a la cascada de campánulas, desgranan las moras, picotean
hojita por hojita el perejil plantado en una caja cerca de la concina, escarban
y hurgan en las macetas desparramando la tierra y descubriendo las raíces, como
si la única finalidad de sus vuelos fuera la devastación. A las palomas que
alegraban en una época las plazas ha sucedido una progenie degenerada, sucia,
infecta, ni doméstica ni salvaje, sino integrada en las instituciones públicas
y como tal extinguible. El cielo de la ciudad de Roma está desde hace tiempo a
merced de la superpoblación de estos lumpen-emplumados, que hacen la vida
difícil a cualquier otra especie de pájaro y oprimen el reino en otro tiempo
libre y diverso del aire con sus monótonas, desplumadas libreas gris plomo
Italo
Calvino
4 comentarios:
Si son una plaga... aunque casi es mejor que te caiga la cagada de una cigüeña encima, ja, ja... según están las cosas quizá de algo de suerte.
Pájaros sin plumas conocemos muchos... y de dos piernas, más de uno, sólo nos hace falta mirar y ver un poco más allá... aunque me temo que no sólo están en las Instituciones Públicas a las que quieren "acogotar" y esperemos que no desaparezcan en el olvido, este es el momento de la revolución... ejercida de forma inteligente, si nos dejan...
Palomas y políticos... todo lo llenan de mierda!
Ratas con alas!! eso son..!
una vez me comí una paloma.
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