La noticia se propagaba a la velocidad de la luz.
Ni siquiera el éjército de pájaros podía hacer nada para evitarlo.
Por más que se empeñaran.
Todas las revoluciones comienzan así.
Ahora sólo falta encontrar un rey a quien cortarle la cabeza.
Ni siquiera el éjército de pájaros podía hacer nada para evitarlo.
Por más que se empeñaran.
Todas las revoluciones comienzan así.
Ahora sólo falta encontrar un rey a quien cortarle la cabeza.
4 comentarios:
No veo las pirámides....
qué le corten la cabeza!
al final siempre se encuentra......te sigo paisano!
Me encanta. El texto es magnífico y la imagen acertadísima.
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