Fugaz, como un barco veloz, veloz como una lancha, un pensamiento, un deseo, me cruza la mente, cruza el mar. A las cuatro de la tarde, como un calambre, como el hambre repentina, como la sed de alcohol en la garganta: Iré en busca del tesoro.
10 comentarios:
Odisseo
dijo...
Por mi parte, creo que te ha dado el sol en la cabeza, algo que por si sólo no sería suficiente, pero sí, si le sumas el efecto del salitre y de los vientos del mar.
Siempre que se encuentre en una isla y tengamos un mapa y haya que pasar por el árbol del ahorcado y el lugar exacto este marcado con una X, yo también me apunto. Y además podéis repartiros mi parte.
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Por mi parte, creo que te ha dado el sol en la cabeza, algo que por si sólo no sería suficiente, pero sí, si le sumas el efecto del salitre y de los vientos del mar.
A veces es bueno dejar que la brisa te agite los cabellos, cerrar los ojos y escuchar el viento y las olas romper.
Llévame contigo, necesitarás a alguien para escabar la tierra y desenterrar ese tesoro.
Siempre que se encuentre en una isla y tengamos un mapa y haya que pasar por el árbol del ahorcado y el lugar exacto este marcado con una X, yo también me apunto.
Y además podéis repartiros mi parte.
No regreses a tierra, aquí no para de llover.
Aahh, ahora lo veo todo claro, sí, no eres más que un pirata!
No regreses a llover aquí no para de tierra.
Soberbio!
Gracias a todos, me habéis dado una buena idea!
que majos, han ideado una buena dádiva
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