eN UNA de las visittas de Henri Michaux al estudio de Picasso enParís, cuenta Brassaï, que el escritor, tras ver la última serie de dibujos del genio, y quedar admirado de la fuerza y la expresividad de los trazos, dijo: "de toda la obra de Picasso, sin duda me quedo con los dibujos. Creo que es dónde más directamente aparece su genio. Huelen a azufre".
Desde lu3go, si dejamos a un lado los aspectos más poéticos de la frase, estoy totalmente de acuerdo con el olor escogido para la obra violenta y apasionada de Picasso. Y es que los olores, el olor de las cosas, revela muchas veces la auténtica naturaleza de las imágenes y los seres que nos rodean. Los sentidos, las sinestesias, nos dan una información sútil y reveladora que va más allá de los inócuos procesos racionales.
Hoy huelo a pomelo. Es un olor exótico, amargo, refrescante y ácido a la vez.Es un olor de hace años y tiene dentro a mi madre, la casa de mis padres y a mí misma en esa casa, tiene algo de Isidro por aquel entonces, cuando todavía era pelirrojo y no llevaba peluca.
Pero he tenido ya para siempre otros olores, el de Estambul: a cloaca y a río, y a jabón, un olor extraño que he llegado a echar de menos. Tambien el olor de los Kebab de Berlín, de los falafel y la comida india con salchichas humeantes que endulza las calles de Kreuzberg. El olor de un perfume nuevo, en una ciudad nueva, de un amor nuevo, en una iglesia, en un tranvía, en un concierto entre mucha gente silenciosa.
Ahora tengo otra vez los colores y los olores del taller. Que se mezclan y me hacen ver rojos con olor a aguarrás, verdes tridimensionales que huelen a cera y a barniz, rosas olorosos de madera y tinta china. Y grandes negros de petróleo y alcohol.
A mí VARON DANDY siempre me ha gustado. Ya no se lleva, tan sólo lo puedo oler en algunos señorines pizpiretos de antaño. Desconfío de la gente que no huele. de las cosas y las casas que no huelen. Como en la película "El Perfume", la ausencia de olor parece una especie de condena fatídica. Un estigma inhumano. Leí el libro hace tiempo y me gustó. La peli también me ha gustado, y eso que era difícil trasladar a imágenes los olores. El actor se sale. Y Dustin Hoffman como siempre le da a su papel una personalidad única.
Me contaba mi prima que trabajó en ACNUR durante la guerra de SArajevo, que las mujeres refugiadas, lo primero que pedían eran perfumes y colonias, como si el olor, el buen olor, pudiera ser una suerte de antídoto para el dolor del mundo.
Hay un olor del miedo, y de la calma. Y un olor, el de uno mismo, que sólo lo perciben los otros...
Ciao, Patbel.